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Una decisión acertada

 

Una decisión acertada
Una decisión acertadalarazon

Dentro de la preocupación que viene generando «la nueva gripe», es satisfactorio comprobar que la serenidad y la sensatez están caracterizando las decisiones y las medidas adoptadas por las autoridades. Sin duda, son las decisiones de mayor trascendencia para la salud pública las que requieren ser más meditadas, las que deben estar impregnadas de esa serenidad y sensatez que aplaudimos. Existen, sin embargo, asuntos de menor calado aparente que no reclaman primeros planos de urgencia ni de protagonismo, pero cuya desatención termina acarreando consecuencias indeseables a corto o medio plazo. La denominación con la que hasta ahora se ha venido conociendo esta nueva gripe podría valer como prototipo de «cuestión menor» que no requiere atención urgente. El Foro Interalimentario ya expresó su preocupación por los «daños colaterales» que podrían derivarse de perpetuar el calificativo que, desde el primer momento, acompañó a esta nueva gripe: Gripe «porcina». (La Razón 28.04.09). No son pocos los que se han hecho eco de nuestra llamada de atención. Hasta el extremo de conseguir que esta preocupación haya sido escuchada y tenida en cuenta en muy diversas instancias. Una vez más, aun en un «tema menor», ha imperado la cordura, y tanto la UE como nuestras Autoridades nacionales abogan por rebautizar esta gripe de la forma que menos perjudica y mejor la describe: Nueva Gripe. Ciertamente, entre los diversos atributos que puedan caracterizar el episodio que vivimos y al agente que lo causa, la novedad es uno de los menos discutidos. Bienvenida y acertada, pues, la nueva denominación, y desterrado –esperemos que sin retorno– un calificativo que no responde a la realidad ni a los criterios internacionales de nomenclatura de los virus gripe. Dichos criterios propugnan que en la denominación del virus figure la especie de la que se aisló… En tal caso ¿sería más acertado hablar, simplemente, de gripe humana? La decisión de rebautizar esta gripe es pertinente. Evitará la estigmatización infundada de los productos del cerdo. Un tema «menor». No así sus consecuencias económicas, de no haberlo resuelto a tiempo. Ahora sólo resta llevarla a la práctica.