Barcelona
Una red islamista quería «activar» a distancia a suicidas en el metro barcelonés
La célula islamista desarticulada en enero de 2008 que pretendía atentar en el metro de Barcelona no tenía excesiva confianza en los terroristas suicidas que iban a utilizar en la masacre. De hecho, según la Fiscalía de la Audiencia Nacional, los responsables del grupo iban a proveerles de «mecanismos de activación de la carga a distancia» para asegurarse de que sus subordinados «cometerían la acción suicida» evitando arrepentimientos de última hora. Precisamente, el testimonio de un arrepentido, ex miembro de la célula, permitió a las Fuerzas de Seguridad desmantelar esta red integrada por once islamistas (nueve de ellos pakistaníes y otros dos de nacionalidad india). El fiscal Vicente González Mota pide para ellos penas de entre nueve y 18 años de cárcel por los delitos de integración o colaboración con organización terrorista, tenencia de explosivos y falsedad documental. Eso sí, no acusa a la red, liderada por los procesados Mahroof Ahmed Mirza y Mohammad Ayud Elahi bibi, de atentado en grado de tentativa ni de conspiración para cometerlo, pese a reconocer que «estaban preparados y organizados» para cometer una serie de atentados en Europa «que comenzarían en Barcelona».
Trabas a las emergencias
De hecho, ya habían decidido atentar en el metro de Barcelona, entre otros motivos por «las dificultades para que pudieran llegar los servicios de emergencia», lo que multiplicaría los efectos de las explosiones.
Los terroristas se habían despedidos incluso de sus familias, pero el ahora testigo protegido –a quien habían puesto al corriente de los planes– dio marcha atrás y delató a sus compañeros al tener presente que en el atentado «morirían personas y niños como sus propios hijos».
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