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Los eurodiputados que votaron contra el aborto dicen que el texto era una trampa

Carlos Iturgaiz y Luis Herrero rechazaron la resolución para no «caer en una trampa semántica»

Los eurodiputados que votaron contra el aborto dicen que el texto era una trampa
Los eurodiputados que votaron contra el aborto dicen que el texto era una trampalarazon

Los eurodiputados del Partido Popular que votaron en contra de la resolución del Parlamento Europeo sobre Derechos Fundamentales lo hicieron por no caer en la «trampa semántica» de un informe que se refería al aborto y a la eutanasia «con eufemismos». «Como creía que el texto se podía malinterpretar voté en contra para que no hubiese duda de que me opongo al aborto y a la eutanasia», explicó ayer a este periódico Luis Herrero, uno de los seis diputados que se opusieron al polémico informe que dividió al PP en Europa por defender como derechos fundamentales el aborto, la eutanasia, el matrimonio homosexual y la despenalización de las drogas a través de una redacción ambigua.
Desde la primera reunión que mantuvieron los eurodiputados del PP español para analizar y discutir la orientación del voto al llamado «informe Catania» –redactado por el diputado comunista italiano Giusto Catania–, surgió la disparidad de opiniones entre los 24 miembros de la delegación española por la ambigüedad con la que se describían algunos conceptos polémicos. Al no llegar a un acuerdo de voto, el líder Jaime Mayor Oreja decretó el voto libre en este asunto y que cada uno actuara en conciencia. Esta libertad de acción se tradujo en doce votos a favor –Cristina Gutiérrez-Cortines votó en contra en un principio, pero luego corrigió el voto–, seis en contra y cinco abstenciones –la diputada Esther Herranz no pudo asistir al voto–.
Carlos Iturgaiz argumenta que en su voto en contra, «pesó la conciencia». Para el eurodiputado vasco la resolución sobre los derechos fundamentales «era un tótum revolútum en el que también se valoraban otros temas importantes como la defensa de lenguas o la unidad territorial», pero como él dice, «al final sopesas y los artículos sobre el aborto y la eutanasia estaban ahí. En las reuniones de la delegación los vimos y dudamos de ellos desde el primer momento».
Esa «ambigüedad» del informe, en la que se ampararon los populares que lo apoyaron, es por tanto la misma que llevó a otros a decir «no». «Voté en contra porque no me terminaba de convencer. En el texto no se habla de matrimonios homosexuales, ni de abortos, por lo que depende de la lectura que pueda hacer cada uno. Yo interpreté que eran eufemismos y no estaba dispuesto a caer en una trampa semántica, pero entiendo que otros votaran otra cosa», añade Herrero.
El eurodiputado y periodista no quiere «defender a nadie, ni ser su portavoz», pero recuerda que «hay gente que apoyó el informe porque consideraba que en su globalidad era bueno, pero luego se opuso a los artículos polémicos». Según las actas de la actividad de la Eurocámara, fueron Fernando Fernández y Pilar del Castillo los que pese a tener una opinión favorable a la resolución, se opusieron al artículo del aborto.
Interpretación «malévola»
El doctor José Zamarriego, presidente del Comité de Bioética de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia, señaló a este periódico que, aunque «la literalidad del texto» aprobado por la Eurocámara «no es abortista», es «suficientemente retorcido para que tenga varias interpretaciones». A su juicio, si los europarlamentarios no están a favor del aborto «no debían apoyarlo, aunque incluyera puntos con los que estaban de acuerdo». En todo caso «debían haberse abstenido, porque la redacción se presta a interpretaciones malévolas».