Cuba
Zapatero entra en campaña carga contra Mayor y saca a pasear a Bush
madrid- Hacía más de tres meses que el Comité Federal del PSOE no se reunía. Tres meses que en política han dado tanto como para que la crisis económica haya puesto a España a la cabeza del desempleo; el PSOE haya perdido el Gobierno de Galicia; un socialista vaya a presidir Ajuria Enea por primera vez en la historia democrática; Zapatero haya tomado el pulso a la agenda internacional; el presidente se haya visto obligado a cambiar su Gabinete tan sólo un años después de ganar las elecciones, y que estemos a las puertas de una nueva convocatoria electoral. Así que el debate de ayer en la calle Ferraz fue dilatado, aunque no intenso. Pocas discrepancias, muchas felicitaciones y unas ganas enormes de entrar en campaña, a juzgar por el discurso de Zapatero ante sus huestes, más escépticas que él ante las posibilidades de victoria el próximo 7 de junio. Zapatero habló de la crisis económica («no ofrece claras señales de remisión» y «serán necesarias nuevas reformas); admitió sin ambages («nosotros no buscamos excusas») la derrota en Galicia; relativizó la situación de inestabilidad parlamentaria en el Congreso y la achacó a la «coherencia socialista»; explicó los cambios de Gobierno («había que renovar energías e intensificar los esfuerzos»), pero si en algún asunto entró de lleno fue en la campaña electoral europea. Lo hizo, seguro, porque las encuestas no son favorables para su partido, pero también para contrastar posiciones y, sobre todo, para cargar contra el candidato del PP, Jaime Mayor Oreja, y pedir al PSOE que hiciera lo propio con recordatorios a «un Gobierno que de la mano de Bush trató de debilitar a Europa y alejarnos del corazón de la UE». «¿Os acordáis del desdén con el que hablaban de la vieja Europa?», se preguntó antes de confiar en que los ciudadanos tengan «suficiente memoria» para recordar el papel que «la derecha española jugó a la hora de debilitar nuestro espacio en Europa, el espacio que los socialistas habíamos ganado para España, de la mano de Felipe González». Todo esto lo dijo con continuos recursos a Bush y sus políticas, así como a la vinculación del ex presidente americano con el PP: «Los que pretendieron sacarnos del rincón de la historia, para meternos en el cuadrilátero de las bofetadas, han visto cómo los socialistas hemos incorporado a nuestro país al G-20. Los que quisieron que nos sometiéramos a la Administración Bush han visto cómo hemos sido capaces de entendernos con la sociedad americana y mantener nuestra dignidad como país». En contraste, Zapatero puso al PSOE como ejemplo de partido europeísta por «tradición y por convicción», y destacó haber logrado que España esté en la primera línea entre los países que deciden en el orden económico internacional: «Desde hace un siglo España no había estado en primera línea en ninguno de estos momentos decisivos del orden internacional». Y volvió por sus fueros al presentarse como pionero en las políticas de vanguardia que ahora se defienden en el mundo: la defensa de la paz, el diálogo entre civilizaciones y la lucha contra la pobreza y el hambre y la política que hoy Obama defiende con Cuba.
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