Barcelona
Zapatero promete el aterrizaje de la financiación en quince días
Hay estrenos que causan euforia, como el de ayer. Zapatero prometió a los catalanes un junio espectacular.
José Luis Rodríguez Zapatero ha escogido el mes de junio de 2009 para reconciliarse con miles de catalanes hartos de las promesas del presidente del Gobierno. Junio es mes de hogueras y petardos y Zapatero ha decidido que es el momento para prender la traca final en Cataluña. Los catalanes no sólo tendrán un imponente aeropuerto, sino también una nueva financiación que les otorgará recursos por encima de la media española. Queda por ver si la promesa formulada ayer por el presidente en la inauguración de la T1 es algo más que una declaración de intenciones y así se despoja de la fama de levantar expectativas en falso.
Zapatero tomó la palabra en la soberbia T1 y, dirigiéndose a José Montilla, prometió: «Alta Velocidad, Cercanías y su traspaso, un nuevo Prat, en poco tiempo la descentralización (del modelo aeroportuario), y ahora, president, la financiación, que colmará las necesidades de Cataluña».
El presidente de la Generalitat escuchó impertérrito las palabras de Zapatero, sin dejarse impresionar por el huracán del optimista antropológico (o patológico). El gobierno catalán admite que ha habido «avances» en la negociación, pero no los considera «significativos». «Las posturas están más próximas ahora que hace un mes o que hace tres meses, pero no lo suficiente», explicó Montilla en una entrevista a la cadena Ser. En cualquier caso, las dos partes dan por hecho que las conversaciones, sea para bien o para mal, han entrado en la recta final.
Tan al final que el presidente del Gobierno se atrevió a poner fecha al desenlace en una conversación informal con periodistas. Será dentro de una o dos semanas. El «sprint» está en marcha ahora que se han superado los 10 meses de retraso respecto a las previsiones del Estatut.
Aunque la financiación atormenta a varias de las autoridades ayer presentes en el aeropuerto, el de ayer no fue un día de caras largas. Hubo satisfacción por ver concluida una infraestructura emblemática por cuya paternidad han pugnado en los últimos días PP, PSOE y CiU. El más elocuente sobre esta disputa fue Montilla. «Ha requerido que unos gobiernos la planificaran y otros la ejecutaran y la pagaran», resumió. El presidente de la Generalitat definió la ampliación del aeropuerto como un ejemplo de la España «policéntrica y descentralizada» que abanderan los socialistas.
El esquema de cooperación y lealtad entre gobiernos socialistas todavía tiene que demostrar sus resultados y Montilla no perdió la oportunidad de recordar a Zapatero que Cataluña aspira a tener «un papel determinante» en la gestión del futuro consorcio de El Prat. «No se trata de reclamar privilegios, sino de fijar prioridades estratégicas que pasan por la profesionalidad, la competencia y la competitividad».
La gestión del aeropuerto
Enigmático, el presidente del Gobierno aseguró que el nuevo modelo aeroportuaria satisfará «las necesidades y ambiciones que legítimamente tiene Cataluña», pero no aclaró si su presencia será o no mayoritaria dentro del consorcio, tal y como reclamaron, de nuevo, CiU y ERC.
El vendaval de propuestas de Zapatero y su inesperado anuncio en financiación no evitó que los partidos catalanes expresaran su hastío con «la cantinela» del presidente del Gobierno. Sólo desde el PSC hubo signos de confianza, el resto se encogió de hombros pensando que es un tipo incorregible.
¿De qué se ríe Carod?
Quienes se pregunten por qué ríen el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y el vicepresidente de la Generalitat, Josep Lluís Carod Rovira, no se van a quedar con la duda. La fotografía recoge el único instante en el que Zapatero y Carod intercambiaron unas palabras. ¿Qué se dijeron para arrancar la sonrisa de Víctor Morlán? Según fuentes presentes, el presidente le dijo a Carod que «no se te ve por Madrid». A lo que el republicano contestó, medio broma medio en serio: «Es que no dais nada en Madrid», en alusión a la nueva financiación. Para no aguar la fiesta, el presidente del Gobierno respondió a Carod con un «pronto, pronto», –habrá acuerdo de financiación–.
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