Zuloaga contra la manipulación de la historia

Hace cuatro años, el periodista Javier Zuloaga (Bilbao, 1952) daba el salto a la narrativa con «El hombre que pudo ser libre», una novela que sorprendió a crítica y público. El autor regresa a la literatura de ficción con «La isla de los rebeldes», que acaba de editar en El Aleph. Zuloaga nos traslada hasta la imaginaria pequeña isla de San Gregorio, localizada en algún espacio del Caribe, un lugar en el que trascurre la dictadura del mediocre Armando Gabaldón. Sin embargo, algunos se atreverán a alzar su voz pese al clima político que se respira en la isla.A su antojoZuloaga, en declaraciones a LA RAZÓN, aseguró que su obra es una reflexión sobre «la manipulación de los elementos colectivos. El San Gregorio de mi libro puede sonar a la Venezuela actual, pero en muchos otros lugares también hay un populismo donde los líderes acaban manipulando la historia a su antojo. No es un invento latinoamericano porque esto es algo que se da desde hace mucho tiempo». Mientras escribía «La isla de los rebeldes», Zuloaga tuvo en mente dos libros como inspiración: «Historia de un alemán», de Sebastian Haffner, y «Los peces de la amargura» de Fernando Aramburu, todos con la persecución a un pueblo por sus ideales democráticos ya sea a manos de nazis alemanes o de terroristas vascos. A este respecto, el escritor y periodista apuntó que «me inquieta la obsesión existente aún por maquillar la realidad. En mi novela ese es el papel de John Delaware, el asesor de Gabaldón, quien logra convencer de que el presidente es un buen político. Ahora se da más importancia a la corbata que a otros gestos».«La isla de los rebeldes» también puede parecer una reivindicación del periodismo, o, más concretamente, de cierta manera de entender el periodismo, especialmente gracias al personaje de Julián Rasilla: «Él es un periodista de raza. Pero es que en la profesión hay de todo y no creo que esté muerta. En todo caso, la crisis actual acelerará los cambios que puedan existir y no solamente en la Prensa de papel. En estos momentos hay de todo y el lector puede escoger el diario que quiere cuando va al quiosco», añade. Javier Zuloaga quedó fascinado por la magia de la escritura y del periodismo cuando en el Valladolid de 1957, siendo un niño, visitó a su padre, por entonces director de un periódico, a una redacción. «Recuerdo que le pidió a un linotipista que tecleara mi nombre en una línea de plomo. Eso me dió el veneno. Por eso me gusta jugar con lo verosímil, como pasa en "La isla de los rebeldes"».Zuloaga, quien en la actualidad es director de comunicación de la obra social de La Caixa, sigue trabajando en el terreno de la ficción. Pese a tener en las librerías su novela, anunció que ya tiene concluido un nuevo libro. «"La isla de los rebeldes"ha aparecido ahora, pero la acabé hace dos años. Cuando la di por concluida, empecé otra novela, la tercera que escribo. No tengo prisa por publicar», concluyó.