Informes técnicos y mucho más

- ¿En qué se basa un miembro del COI para emitir su voto a la hora de elegir la sede para los Juegos?

–Me gustaría afirmar que exclusivamente en los informes técnicos de las diferentes candidaturas, pero no es así. Hay dos ejemplos contundentes con las victorias de Londres y Río de Janeiro, dos proyectos virtuales que alcanzaron el objetivo. Los miembros del Comité Olímpico Internacional no tienen un perfil común. No siempre son los más frívolos aquellos a quienes se identifica por su cuna, sangre azul, o por sus inmensas fortunas. Éstos pueden votar por impulsos, por sensaciones o por simpatías.

- ¿Es un rasgo común la frivolidad entre los miembros del COI?

–En absoluto. Los representantes de las federaciones y de los deportistas suelen estar bastante alejados de esos parámetros. Hay miembros muy profesionales y otros, entre ese 40 por ciento elegido a dedo por el presidente, que admiten consignas directas del líder. Fue precisamente Jacques Rogge quien estableció la corriente de simpatía hacia la candidatura de Río que salió vencedora para los Juegos de 2016. En esta ocasión se ha mantenido neutral ante las tres ciudades candidatas.

- ¿Es norma votar a los vecinos?

–En el COI ocurre todo lo contrario que en Eurovisión, donde los países fronterizos suelen votarse entre sí. Ejemplo: los dos votos de los franceses difícilmente serán para Madrid porque París piensa incorporarse a la carrera olímpica para 2024. Si Berlín también se presentara, sería difícil contar con sus representantes; y cabe deducir lo mismo de los italianos si Roma regresa. Si en 2020 gana Madrid, es prácticamente imposible que en 2024 los Juegos se celebren en Europa, por aquella ley no escrita de la rotación de continentes.