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La última bala de Bibi, «el rey» de Israel

El «premier» hebreo podría tratar de tramitar «in extremis» una ley de inmunidad

Supporters of Israeli Prime Minister Benjamin Netanyahu protest outside his residence following Israel's Attorney General Avichai Mandelblit's indictment ruling in Jerusalem
Seguidores del "premier" israelí, Benjamin Netanyahu, protestan anoche frente a su residencia en JerusalénRONEN ZVULUNReuters

Una de las grandes incógnitas ayer giraba en torno a la posibilidad de que Benjamin Netanyahu, que todavía ocupa la residencia de la calle Balfour y que podría ser nuevamente el candidato del Likud en la previsible tercera repetición electoral, pudiera impulsar una ley de inmunidad ante lo que considera como una «persecución».

A priori, la ley israelí solo exige la renuncia de un primer ministro en caso de ser finalmente culpado por los cargos, mientras que los ministros sí son obligados a renunciar en caso de inculpación.

Pero según informaciones de la prensa hebrea, el fiscal del estado Shai Nitzan estaría comentando a puerta cerrada que el «premier» no será apto para formar una coalición de gobierno por las causas que le inculpan. No obstante, todavía no hay una decisión definitiva al respecto, ya que la ley vigente no aclara esta insólita situación legal.

Benjamin Netanyahu pretende promover la ansiada ley de inmunidad en la Knesset, pero al no haberse alcanzado un acuerdo de coalición para esta vigésimo segunda legislatura, no está establecido tampoco el comité necesario para debatir la propuesta. Ya que con casi total seguridad en los próximos 19 días restantes no se logrará formar gobierno y los israelíes volverán a las urnas en marzo, por lo que es incierto cuándo se podrá debatir la medida. Por otra parte, el veredicto sobre la culpabilidad o no del líder del Likud puede demorarse por lo menos siete meses.

Ehud Olmert, quien fue el primer líder israelí encerrado en la cárcel, renunció al cargo en el año 2008 cuando se abrió la investigación contra él, incluso antes de que se publicara la intención de inculparle.

Primeras voces críticas

Además, a Benjamin Netanyahu se le abre ahora otro frente: la guerra interna por el control del Likud. Su «enemigo» Gideon Sa’ar, con quien mantuvo una crítica relación en los últimos años, ya habría anunciado su intención de competir contra el actual dirigente en caso de convocarse primarias del partido para decidir quién será cabeza de lista en las elecciones.

Sin embargo, para un desesperado Netanyahu, lo necesario es ahora «investigar a los investigadores y a la Fiscalía general que cocinaron estos casos infectados».