Venezuela

La política de intimidación de Maduro

Héctor Briceño, profesor de la Universidad de Rostock e investigador en la Universidad Central de Venezuela

Maduro pide a los "países amigos" que ayuden al diálogo en Venezuela
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ofrece una rueda de prensa con medios internacionales este viernes, en Caracas (Venezuela). EFE/ Rayner PeñaRayner PeñaEFE

LA RAZÓN ha podido entrevistar a Héctor Briceño, profesor en la Universidad de Rostock e investigador en la Universidad Central de Venezuela para hacer un repaso a la relación actual entre España y Venezuela, después del desplante de Sánchez a Guaidó en su gira internacional, siendo el único líder de las principales potencias europeas y mundiales en no recibirle.

Tras el giro en la política exterior de Sánchez con Venezuela, ¿cree que Delcy y Maduro se han crecido?

En cierto sentido están intentando reconstruir sus apoyos internacionales para avanzar económicamente y desmontar las sanciones tanto de EE UU como de la Unión Europea. El objetivo del Gobierno de Maduro es buscar fórmulas que le permitan anular las sanciones europeas, algo que ya han conseguido con las estadounidenses y hay que reconocer que España es la punta de lanza de la política de la UE sobre Venezuela.

¿Qué intenciones tienen las maniobras militares realizadas en los últimos días?¿Es una maniobra de intimidación?

La hoja de ruta a seguir del Gobierno de Maduro sigue siendo la de la disuasión, la atemorización a la Comunidad Internacional y a la propia comunidad nacional, haciéndoles pensar que está dispuesto a involucrarse en cualquier tipo de intervención militar. Creo que es una maniobra de intimidación y de demostración de que están dispuestos a intervenir en territorio extranjero, especialmente en territorio colombiano. Sin embargo, creo que no pasa de ser una maniobra de intimidación para mostrar y consolidar el apoyo dentro del Ejército y que están más profesionalizadas que antes, con el objetivo de ostentar el control político y social de la sociedad venezolana. Todos estos movimientos militares tienen la intención de demostrar lealtad y la consolidación del mando interno dentro de las Fuerzas Armadas, alineadas con el Gobierno de Nicolás Maduro.

¿Qué temas cree que se trataron en la reunión entre Delcy y Ábalos para que haya tanto secretismo?

Hay un tema que es evidente que se trató, y es la gira de Guaidó por Europa. Creo que también podría haberse considerado algún tipo de chantaje o amenaza, que hizo que el Gobierno de Sánchez virase en su línea de actuación respecto a Guaidó en el último año. No dejaría de pensar que se discutió algo referido a relaciones económicas y comerciales entre ambos países y cómo buscar una alternativa para que Venezuela evada las sanciones de la UE.

¿Cree que Podemos pueda haber influido a Sánchez a la hora de no recibir a Guaidó?

Esto parece muy claro, dentro del Gobierno de Sánchez hay una doble visión respecto al caso venezolano. Por un lado la visión de Podemos y por otro la del PSOE. Sánchez ha variado la forma de referirse hacia Guaidó que previamente era distinta a la de Iglesias, quien se refería a Guaidó como a la oposición y a Maduro como el jefe de Gobierno legítimo. Esta doble cara es muy evidente y no parecen dispuestos a hacer nada al respecto.

Merkel se ha pronunciado en este sentido y por ejemplo para ella no supone un problema, aunque si pudiese suponerlo más adelante. El Gobierno de Sánchez está divido, y parece que en algún momento puede tender a coalicionar y que haya algún elemento que haga saltar por los aires esta dualidad existente respecto a Venezuela.

Me gustaría añadir otra cosa que me parece importante y es que es muy probable que Delcy Rodríguez aterrizase en Barajas sin haberlo anunciado y que fuese por tanto un acto de rebeldía que pusiese en aprietos y presionase al Gobierno español. No creo que ese encuentro fuese planificado y considero que fue una medida de presión por parte del Gobierno de Venezuela, que provocó que el Gobierno de Sánchez tuviese que reaccionar rápidamente