Venezuela

Trump da el golpe de gracia a la industria petrolera de Venezuela

Prohibirá a las compañías de EE UU operar en el país porque parte de sus beneficios van a parar a Rusia eludiendo las sanciones. La medida, unida al hundimiento del precio del crudo, amenaza de muerte al régimen chavista

Earth Day at the White House
Donald J. Trump y su esposa Melania Trump este miércoles en los jardines del ala oeste de la Casa BlancaContactoContacto

La Casa Blanca ha apretado este miércoles un poco más el lazo que ha puesto en el cuello del régimen chavista venezolano. Poco a poco, pero sin tregua, Donald Trump estrangula económicamente al régimen de Nicolás Maduro en lo que es su gran sostén, la industria del crudo. Si el país con mayores reservas ya racionaba la gasolina por falta de producción, en los próximos meses podría ver colapsada su industria.

La vuelta de tuerca en busca de una transición en Caracas ha sido la orden dada por la Administración de EE UU al gigante del petróleo Chevron y otras cuatro compañías del país de “cesar gradualmente” sus actividades petroleras en Venezuela, le ha prohibido perforar, transportar o negociar con crudo y le ha exigido que reduzca sus operaciones en el país a un simple “mantenimiento” de sus activos, afirmó este miércoles un alto cargo estadounidense.

“Hemos emitido una nueva licencia que prohíbe que los productos petroleros de Chevron o de cualquier otra compañía estadounidense puedan llegar al régimen de (el presidente venezolano, Nicolás) Maduro, vía PDVSA (la petrolera estatal venezolana) o no”, dijo el funcionario en una rueda de prensa telefónica con un pequeño grupo de medios, entre ellos Efe.

Chevron, la segunda petrolera de Estados Unidos y la séptima del mundo, era la última gran compañía estadounidense que aún operaba en el sector del crudo en Venezuela, donde está activa desde hace décadas y cuenta con unos 8.000 empleados.

La nueva licencia, emitida ayer por el Departamento del Tesoro, permite técnicamente que cinco petroleras estadounidenses, entre ellas Chevron, puedan seguir operando en Venezuela hasta el próximo 1 de diciembre, a pesar de las sanciones de la potencia norteamericana a PDVSA.

Sin embargo, el permiso reduce al mínimo el tipo de actividades que tienen permitidas esas compañías, que además de Chevron son Halliburton, Schlumberger, Baker Hughes y Weatherford International, confirmó este miércoles el citado funcionario, que pidió el anonimato. “Esto es un cese gradual, en todos los sentidos, y básicamente pone fin a las actividades de esas compañías en Venezuela”, explicó la fuente.

Sanciones internacionales

La medida se suma a la prohibición impuesta el año pasado de las importaciones de crudo directas desde Venezuela y se ha tomado después de “largas conversaciones” con las cinco petroleras. Se debe a que, en los últimos meses, Estados Unidos ha observado que “buena parte” del crudo que producía Chevron acababa en manos de la petrolera estatal rusa Rosneft, que ayudaba a Maduro a exportarlo y eludir así las sanciones estadounidenses.

“Esto no era culpa de Chevron per se (por si mismo), porque su contrato les obliga a entregar una cantidad abrumadora de lo que producen a PDVSA”, matizó el funcionario. Sin embargo, el Gobierno del presidente Donald Trump ha concluido que esa situación no puede continuar y ha optado por concederle una “licencia extraordinariamente limitada, de mantenimiento”, para “proteger sus activos” y “asegurar que siguen siendo viables”.

Como resultado, Chevron no podrá perforar, transportar o negociar con petróleo, pero sí puede “preservar sus activos” e instalaciones en Venezuela para evitar que sean tomadas por el Gobierno venezolano, con la esperanza de poder reactivarlos cuando haya una transición política, según la fuente. Eso permitirá a la petrolera “seguir manteniendo a algunos” de los “miles de empleados venezolanos” que han trabajado para ella “durante décadas”, agregó.

La medida también “envía un mensaje importante al mundo”, a las compañías de “Rusia, China, México, España o Italia” que hayan “negociado con petróleo o gas u otros productos petroleros en Venezuela”, de que “esas acciones pueden quedar sujetas a sanciones”, y que “no habrá excepciones”, alertó la fuente.

¿Tormenta perfecta?

La medida se une a otra serie de factores determinantes que pueden acabar con el sostén económico del chavismo, las divisas generadas por la venta de crudo. Caída de la producción y del precio del barril por la crisis provocada por la pandemia de coronavirus pueden cerrar el círculo sobre el Gobierno de Nicolás Maduro.

Según datos recogidos en su edición de hoy por el periódico venezolano “Talcualdigital”, la economía venezolana verá caer en 2020 sus recursos en divisas a 4.000 millones de dólares, aproximadamente, solo por la caída de los precios en el mercado internacional. Si el West Texas ha llegado a cotizar en negativo, y el Brent a precios de hace veinte años, el barril de crudo venezolano se vendía este miércoles por debajo de seis dólares. Hay que recordar que aproximadamente un 97% de los ingresos del Estado venezolano provienen de esta industria.

Con una economía lastrada por la corrupción y que encadena una inflación galopante y seis años de recesión económica, ahora el fisco chavista debe cubrir el día a día sin apenas ingresos. Según datos de este periódico, la caída de la producción de Petróleos de Venezuela con respecto a 2013 (año en que Maduro asumió el poder) es del 78%. Según las cifras oficiales de la OPEP, el país exportó en marzo 660.000 barriles diarios. De esa cantidad solo el 16% es producción exclsiva de la compañía estatal, unos 105.000 barriles. El resto es producido por empresas mixtas. Si ahora se van las estadounidenses, el horizonte del régimen venezolano no puede ser más sombrío.