Internacional
Más Europa contra las crisis globales
Si bien en la pandemia se ha asistido a un repliegue nacional, los europeos asumen que resulta vital una mayor cooperación para hacer frente a crisis globales como la de la Covid-19.
El coronavirus pilló por sorpresa a Europa, que no fue capaz de dar una respuesta común a una crisis global iniciada lejos de sus fronteras. Sin competencias en sanidad, las instituciones de la UE vieron con frustración cómo los Estados cerraban sus fronteras en un sálvese quien pueda.
Una encuesta de YouGov y Datapraxis para el Consejo Europeo de Relaciones Exteriores (ECFR) llevada a cabo en nueve países que representan dos tercios del PIB y de la población de la Unión muestra a unos ciudadanos decepcionados con el papel de la UE, pero, al mismo tiempo, conscientes de que solo una mayor integración ayudará resolver amenazas como la Covid-19.
Con excepciones, los Gobiernos nacionales salen reforzados de la crisis con elevados niveles de apoyo en el conocido como «efecto bandera». En Dinamarca, Portugal, Bulgaria, Suecia y Alemania, más del 60% respondió que sus autoridades habían cumplido con sus responsabilidades.
En cambio, en España y Francia son mayoría los críticos con la gestión de su Gobierno. Incluso un tercio de los que votaron al PSOE en 2019 o a Emmanuel Macron en 2017 se muestra ahora decepcionado por su gestión.
Ese malestar sí es unánime a la hora de evaluar la respuesta europea al coronavirus. El 63% de los italianos, el 61% de los franceses y el 52% de los españoles respondió que la UE no había cumplido con sus responsabilidades.
Sin embargo, ante el escenario de profunda crisis económica que acompaña a la pandemia, esa misma opinión pública que critica a Bruselas tiene sus esperanzas puestas en la UE para obtener las ayudas necesarias para ver la luz al final del túnel. En Portugal, Polonia, España, Bulgaria y Francia, la mayoría contempla a Europa como principal fuente de ayuda. Dicha tendencia es mucho menos evidente en Alemania, Suecia y Dinamarca, donde ha crecido el sentimiento de que están preparados para resolver la crisis por sí mismos.
Países con tradición europeísta o euroescéptica reconocen la necesidad de una mayor integración para hacer frente a retos comunes. A la cabeza, Portugal (91%), Italia (77%) y España (80%).
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