Estados Unidos

EE UU ofrece 10 millones de dólares al que dé pistas sobre interferencias en las elecciones presidenciales

Se trata de evitar que potencias extranjeras o terroristas incidan en los resultados o hagan campañas con “fakes” sobre los votantes

Esta nueva edición de la Liga Nacional va dirigida a jóvenes estudiantes relacionados con el ciberespacio
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El programa Recompensas por cooperar con la Justicia del Departamento de Estado de los Estados Unidos ofrece una recompensa de hasta 10 millones de dólares por información que conduzca a la identificación o ubicación de cualquier persona que, bajo la dirección o el control de un gobierno extranjero, interfiera en cualquier elección federal, estatal o local, según se informa en la página web de dicho departamento. Entre los enemigos potenciales, además de los tradicionales como Irán o Rusia, se encuentra el “cibercalifato” del Estado Islámico.

Ciertas operaciones cibernéticas maliciosas dirigidas a atacar la infraestructura de elecciones o campañas pueden estar comprendidas en el marco de la Ley de Abuso y Fraude informático, que criminaliza las intrusiones informáticas no autorizadas y otras formas de fraude relacionadas con las computadoras. Entre otros, el estatuto prohíbe el acceso no autorizado a sistemas informáticos para obtener información y transmitirla a destinatarios no autorizados, agrega.

“La capacidad de las personas, incluidas las potencias extranjeras, de interferir o menoscabar la confianza pública en las elecciones de Estados Unidos, incluido el acceso no autorizado a la infraestructura de elección y campaña, constituye una amenaza inusual y extraordinaria a la seguridad nacional y la política externa de Estados Unidos”, subraya.

“Por ejemplo, los adversarios extranjeros podrían emplear operaciones cibernéticas maliciosas para atacar la infraestructura de las elecciones, incluidas las bases de datos de registro de votantes y las máquinas de votación, con el objetivo de obstaculizar las elecciones en Estados Unidos. Estos adversarios también podrían llevar a cabo operaciones cibernéticas maliciosas contra las campañas u organizaciones políticas estadounidenses a fin de robar información confidencial y posteriormente filtrarla como parte de operaciones de influencia con el objetivo de perjudicar a candidatos u organizaciones políticas”, concluye.