Atentados terroristas en Bruselas

Abdeslam quería atacar Bruselas con armas igual que en París

Asegura ahora que no sabía nada de los ataques en la capital belga, pero las pruebas de ADN han demostrado que estuvo en el piso de Schaerbeek. Ayer pidió su extradición a Francia.

Un policía belga encapuchado prepara un vehículo para transportar a Salah Abdeslam
Un policía belga encapuchado prepara un vehículo para transportar a Salah Abdeslamlarazon

Asegura ahora que no sabía nada de los ataques en la capital belga, pero las pruebas de ADN han demostrado que estuvo en el piso de Schaerbeek. Ayer pidió su extradición a Francia.

Salah Abdeslam –el único autor material del 13-N todavía vivo y supuesto cerebro de los ataques– planeaba realizar en Bélgica una serie de atentados suicidas y con armas ligeras similares al ejecutado en la capital francesa del pasado mes de noviembre, informaron fuentes de la investigación. Según la televisión pública belga VRT, los investigadores creen que Abdeslam y otras dos personas, entre ellas Mohamed Belkaid, detenido el pasado viernes junto a él, pretendían emplear fusiles de asalto, armas antidisturbios y a más terroristas suicidas para causar una masacre en Bruselas. «Los terroristas planeaban el mismo escenario que París, pero fracasaron parcialmente», explicó el medio. Estas informaciones parecen refrendar la teoría de que los planes para atentar en la capital belga se aceleraron tras la captura de Abdeslam en el barrio bruselense de Molenbeek.

Ayer mismo, Salah Abdeslam pidió su extradición a Francia «lo antes posible» en un súbito cambio de guión. Un movimiento que fue interpretado como una estrategia para ganar tiempo por parte de su letrado, el mediático y controvertido Sven Mary, ya que el proceso de extradición podría durar semanas. El abogado del hasta ahora enemigo público número uno, aseguró ayer a los periodistas que su cliente estaba dispuesto a colaborar y que no sabía nada de los ataques de Bruselas. La audiencia de Abdeslam ante la Cámara de Consejo de Bruselas, que iba a tener lugar ayer, se ha pospuesto hasta el 7 de abril y fue su abogado el que compareció en solitario ante las autoridades belgas. «Ha entendido que el sumario aquí no es más que una muy pequeña parte del total. Creo que quiere dar explicaciones en Francia y eso es bueno», explicó.

En estos cuatro meses que había permanecido en fuga, había dos teorías sobre por qué no se había inmolado: la posibilidad de un atisbo de humanidad en forma de duda o la hipótesis de que su papel como reclutador le hacía más valioso para la yihad vivo que muerto. Desgraciadamente, esta segunda afirmación parece más probable. Para confirmar esta tesis, la televisión pública belga apunta a que Abdeslam planeaba realizar en Bélgica un plan parecido al de los atentados del 13-N en París con varios atentados suicidas y ataques con fusiles de asalto.

La Fiscalía belga había asegurado que Abdeslam se podría haber dedicado en los últimos meses a tejer una nueva red de colaboradores dispuestos a más ataques, en lo que podría suponer la creación de una nueva célula. Pero todo indica que, hasta ahora, el hombre más buscado ni siquiera tuvo que buscar nuevos cómplices, tan sólo mantuvo operativo el mismo siniestro grupo en el que sigue habiendo muchos flecos desconocidos para la Policía. El coordinador de la lucha antiterrorista de la UE, Gilles de Kerchove comparte esta teoría. Se da por supuesto que ha permanecido estos cuatro meses escondido en Bélgica, agazapado en diferentes guaridas y con el apoyo de sus cómplices.

¿Fanático o «bon vivant»?

Todos los caminos llevan a este joven de 26 años, de nacionalidad francesa pero criado en Bélgica. Sus conocidos le definen como un chico indolente (fue despedido del trabajo en la red de transportes belga por no acudir) y vivía de las generosas ayudas sociales belgas, desnortado, de poca formación, con un matrimonio fallido a sus espaldas y aficionado a fumar hachís. La prensa belga le etiqueta más como un «bon vivant», que como un fanático atormentado dispuesto al sacrificio.