Política
Abrumador apoyo de los malvinenses a seguir bajo soberanía británica
Con un porcentaje abrumador de casi el 100 %, los malvinenses expresaron por primera vez a través de las urnas el deseo de seguir bajo soberanía británica, según el resultado del referendo celebrado en las islas el 10 y 11 de marzo.
El recuento final de las papeletas y los porcentajes definitivos divulgados por la mesa electoral mostraron que el 99,8 % de los votantes dijeron "sí"a seguir siendo británicos, mientras que apenas un 0,2 % (tres votos) se decantó por el "no".
Esta consulta, que contó con una participación del 92 %, 1.518 personas, fue convocada por el Gobierno local en respuesta a las presiones del Gobierno argentino para forzar a Londres a sentarse a negociar sobre la soberanía de las islas, que reclama Argentina desde 1833 y que en el último año y medio ha intensificado la ofensiva diplomática.
Los votantes tenían que responder con un "sí"o un "no"a la pregunta de si querían que las Malvinas continuaran como territorio dependiente del Reino Unido de ultramar, que está a 12.000 kilómetros de Londres y a menos de 500 de Argentina.
Esta votación ha contado con la supervisión de 10 observadores independientes, que debieron verificar que el proceso electoral fuera justo y transparente, sin interferencia externa alguna.
El estadounidense Brad Smith, uno de los diez observadores, dijo a la prensa que el plebiscito fue "libre y justo", "ha reflejado la voluntad"de los habitantes de estas islas y se ha desarrollado cumpliendo con las normas internacionales.
Estos observadores proceden de EEUU, Canadá, México, Brasil, Chile, Nueva Zelanda, que han realizado un trabajo "técnico", según Smith, e informó de que divulgarán un informe a finales de marzo.
La sala del ayuntamiento de Puerto Stanley estalló en un grito de alegría colectivo de legisladores de las islas y de los malvinenses que se congregaron para escuchar el resultado.
A pocos metros del edificio municipal, junto a la catedral de Puerto Stanley, los habitantes de las islas, casi todos con banderas británicas, cantaban y bailaban tras conocer el resultado y se escuchaba el "Dios salve a la Reina", el himno del Reino Unido.
Jan Cheek, miembro de la Asamblea legislativa, dijo a Efe que el resultado ha sido "mucho mejor"de lo que esperaba "y ayudará", apuntó, "a enviar un mensaje al mundo de que tienen que escucharnos".
Sin poder ocultar la alegría en el rostro, Cheek insistió en que los isleños quieren tener "una buena relación de vecindad"con Argentina y que quieren también que el vínculo sea amistoso.
Entre los asistentes al recuento de votos estaba el parlamentario uruguayo José Carlos Cardoso, del Partido Nacional, en la oposición, quien dijo a Efe que apoya el reclamo argentino sobre las Malvinas, pero recalcó que "aquí hay un grupo de personas"que deben ser escuchadas y que "el camino de Argentina es el de la negociación".
"Yo creo que una cosa son las personas y otra cosa es el territorio. Creo que está bien que estos habitantes participen en la negociación", afirmó el parlamentario.
"El primer mensaje es que baje la hostilidad (entre Argentina y el Reino Unido). Todos los latinoamericanos no debemos ser hostiles hacia esta gente. Aquí hay 400 chilenos viviendo, eso quiere decir que el 10 por ciento de la gente es chilena", dijo Cardoso.
Otro de los miembros de la Asamblea legislativa, Dick Sawle, calificó de "estupenda"la participación, mientras que el legislador Gavin Short señaló a Efe que el resultado de esta consulta ha sido "brillante"y que estaba "realmente satisfecho"por la gran cantidad de gente que salió a votar.
El Gobierno argentino de Cristina Fernández ha dejado claro que no aceptará este referendo, que considera ilegal.
Para esta votación, las autoridades locales habían dispuesto cuatro colegios electorales fijos en las dos islas principales, Soledad y Gran Malvina, y se habilitaron cinco centros de votación "móviles", cuatro de ellos en vehículos todoterreno y uno en una avioneta, que visitaron los poblados más alejados.
Argentina insiste en que las islas fueron ocupadas por la fuerza por el Reino Unido en 1833 y considera que el archipiélago es una extensión de su plataforma continental.
La disputa por este territorio llevó a los dos países a enfrentarse en una guerra en 1982 después de que la junta militar argentina las ocupó por la fuerza el 2 de abril de ese año y terminó con la rendición de Buenos Aires el 14 de junio.
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