Guerra en Afganistán

Afganistán, país enfermo

Un hombre traslada a un herido a una zona segura después del atentado, ayer, en Kabul
Un hombre traslada a un herido a una zona segura después del atentado, ayer, en Kabullarazon

¿Cómo han evolucionado los talibanes y el Estado Islámico en Afganistán?

–El Estado Islámico en Afganistán no es una extensión natural como lo es en Irak y Siria, sino que se trata de una acumulación de facciones formadas por los talibanes y los grupos terroristas paquistaníes. La operación militar de Pakistán en 2014 en las zonas tribales empujó a muchos extremistas hacia el este de Afganistán, y algunos componentes de estos grupos se han reinventado llamándose Estado Islámico. La retirada rápida y precipitada de Estados Unidos y de las fuerzas aliadas también ha creado un vacío de poder explotado por todos los grupos terroristas de la zona. La provincia de Nangarhar, al este de Afganistán, ha sido el epicentro de las actividades islamistas en los últimos años. A pesar de las múltiples operaciones militares contra el Estado Islámico realizadas por los afganos y las fuerzas de coalición dirigidas por Estados Unidos en la capital y en los distritos adyacentes a Jalalabad, los grupos terroristas han demostrado ser fuertes manteniendo su presencia e influencia.

¿Son terroristas locales o vienen de Siria? ¿Mantienen vínculos con otros grupos?

–La inmensa mayoría de los terroristas que han atacado en el sur de Asia son nativos. El último ataque en el Hotel Intercontinental en Kabul fue consumado por la Red Haqqani, la rama más mortífera talibán que posee lazos con la clase militar paquistaní. La Red Haqqani, con ayuda de los grupos terroristas de Pakistán, ha realizado ataques de gran repercusión mediática en la capital afgana. A medida que la coalición dirigida por Estados Unidos está intensificando la presión contra ellos en el campo de batalla, es más probable que los terroristas centren su atención en realizar más atentados dramáticos en Kabul y otras grandes ciudades de Afganistán donde proyectar su poder y socavar la confianza ciudadana en el Gobierno.