Terrorismo yihadista
Una cadena de atentados golpea a la comunidad cristiana en Líbano
Las nueves explosiones, que han dejado al menos seis muertos, tienen lugar en la frontera con Siria, un área con numerosa presencia yihadista
Las nueves explosiones, que han dejado al menos seis muertos, tienen lugar en la frontera con Siria, un área con numerosa presencia yihadista
Cuatro presuntos miembros del Estado Islámico (EI) detonaron ayer sus cinturones de explosivos en un pueblo de la frontera noreste de Líbano matando al menos a seis personas e hiriendo a otras 19. El ejército libanés aseguró en un comunicado que un atacante suicida se inmoló en torno a 4:20 de la mañana cerca de un centro aduanero en el pueblo de Al Qaa, de mayoría cristiana. La explosión fue seguida por otras tres en un intervalo de 10 minutos cada una. Un testigo dijo que el primer atacante suicida hizo explotar el cinturón, cargado con dos kilos de explosivos, cuando los vecinos acudieron al lugar, alertados por movimientos sospechosos.
El Ejército libanés acordonó la zona y pidió a los habitantes permanecer en sus casas por temor a que otros terroristas suicidas pudieran planear nuevos ataques. La mayoría de los heridos fueron trasladados a hospitales cercanos en Hermel y cinco se encuentran en estado crítico, confirmó la Cruz Roja libanesa.
Anoche, la Agencia Nacional de Noticias (ANN) informó de otras cinco explosiones que causaron heridas a 12 personas y que fueron provocadas por terroristas suicidas cerca de la iglesia de esa localidad de mayoría cristiana, situada en el valle oriental de la Bekaa, limítrofe con Siria. La agencia libanesa tampoco dio detalles sobre cómo se produjo el ataque. Según la televisión Al Manar, perteneciente al grupo chií Hizbulá, un suicida explotó una carga de explosivos frente al templo después de arrojar una granada. Por su parte, la cadena de televisión MTV indicó que las explosiones fueron causadas por dos atacantes que se desplazaban en dos motocicletas.
Al Qaa es una población cristiana de 12.000 habitantes situada al norte del Valle de la Bekaa, feudo de la milicia chií libanesa Hizbulá. La violencia de la guerra civil de Siria se ha derramado sobre la frontera, inflamando propias divisiones políticas de Líbano y el aumento de la preocupación por los más de 1 millón de refugiados sirios, que ahora constituyen un quinto de la población de este pequeño país de 4 millones de habitantes.
Cientos de militantes del EI se esconden en la montañas que unen Líbano con Siria. El Ejército libanés ataca regularmente sus posiciones y convoyes con artillería y ataques aéreos. La zona también ha sido escenario de varios ataques contra objetivos militares por parte de extremistas en los últimos años. El área de Masharea AlQaa, una zona predominantemente suní cerca de la aldea de Al Qaa, es el hogar de un gran número de refugiados sirios que han huido de la guerra en Siria.
Líbano ha sido testigo en el últimos años de una ola de atentados suicidas, perpetrados por grupos suníes radicales por la injerencia de la milicia Hizbulá en Siria. El Partido de Dios cuenta con más de 6.000 combatientes en Siria que están a la vanguardia de las operaciones de las fuerzas del régimen de Damasco. Más de un millar de milicianos chiíes libaneses han muerto en la guerra siria.
La población civil libanesa también está pagando las consecuencias por la participación de Hizbulá en la guerra siria. Una serie de atentados en los feudos chiíes de la capital libanesa han dejado más de 300 muertos entre 2013 y 2015. El último de esta serie de ataques tuvo lugar el 12 de noviembre de pasado año. Un doble atentado perpetrado dos atacantes suicidas sacudió una calle concurrida en el mercado de Burj al Barajneh, un área asociada con Hizbulá, matando a 47 personas e hiriendo a más de 200. El ataque, que fue el primero en golpear a los suburbios del sur de Beirut en más de un año fue reivindicado por el Estado Islámico.
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