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El devastador temblor en el corazón de Italia deja ya 250 muertos

Al menos 250 fallecidos y cientos de heridos tras un devastador terremoto de 6,2 grados de magnitud. «Medio pueblo ya no existe», dijo conmocionado el alcalde de la devastada Amatrice

Vista aérea del centro de Amatrice, arrasado por el temblor de 6,2 grados en la escala Richter, y que también asoló las localidades de Norcia y Accumoli
Vista aérea del centro de Amatrice, arrasado por el temblor de 6,2 grados en la escala Richter, y que también asoló las localidades de Norcia y Accumolilarazon

Son al menos 250 los muertos y 365 heridos los que ha causado el terremoto de 6 grados en la escala Ritcher que ha asolado algunas localidades del centro de Italia, pero el número sigue ascendiendo cada hora debido a las decenas de personas que siguen bajo los escombros.

Las autoridades italianas han actualizado este jueves a 250 fallecidos y 365 heridos las víctimas por el terremoto de magnitud 6,2 en la escala de Ritcher que en la madrugada del miércoles sacudió la zona central del país. La responsable de la Oficina de Urgencias de la Protección Civil italiana, Immaculata Posiglione, ha anunciado en una conferencia de prensa el nuevo dato, con nueve víctimas mortales más que en el anterior balance.

De los fallecidos, 204 estaban en Amatrice, una de las localidades más afectadas. Precisamente en esta localidad la tierra ha vuelto a temblar, esta vez con menor potencia, 4,3, según el Instituto Italiano de Geofísica y Vulcanología. Los temblores han durado apenas unos segundos, pero la gente ha comenzado a correr hacia los espacios abiertos reviviendo las escenas de pánico que hace más de 24 horas se vivieron en el centro de Italia. Afortunadamente, esta nueva sacudida no ha producido víctimas, pero los edificios dañados se han derrumbado definitivamente.

La Fiscalía de la provincia de Rieti, en la región del Lacio, una de las zonas más afectadas por el terremoto, ha abierto una investigación sobre las labores de prevención en los edificios que se han derrumbado tras el seísmo. Según ha informado la televisión pública italiana RAI, el fiscal jefe, Giuseppe Saieva, coordina las investigaciones en torno a la hipótesis de un delito de "desastre doloso"que implicaría la omisión de las pertinentes medidas de seguridad antisísmicas. Saieva ha dispuesto la orden de indagar sobre todos aquellos edificios que se han derrumbado y que habían sido reestructurados recientemente, como la escuela de Amatrice o el campanario de la ciudad de Accumoli.

Paralelamente, se están sucediendo las críticas de los expertos que indican que en Italia podría hacerse mucho más para proteger la infraestructura de sus edificios del impacto de los seísmos. El Presidente del Consejo Nacional de Geólogos, Francesco Peduto, ha señalado en una nota de prensa que "hace años"que denuncian que Italia está "lejos de una cultura de la prevención". "Sería necesaria una normativa más coherente con la situación del territorio italiano", ha declarado. "Proponemos que clasifique desde el punto de vista sísmico los edificios. Además, es fundamental un plan del Gobierno para asegurar todos los edificios públicos", ha agregado.

Por otro lado, Peduto ha señalado la necesidad de crear una "conciencia cívica"en el ámbito de la prevención sísmica a través de la educación en las escuelas para "hacer más consciente a la población de los riesgos".

Fabio Tortorici, que encabeza varios estudios del Instituto Geológico Italiano, ha explicado que "en Italia se puede prever un terremoto de 6,3 de magnitud cada 15 años de media". "Este dato debería fomentar una mayor cultura de prevención sísmica y protección civil", ha afirmado.

El terremoto del miércoles tenía una magnitud de 6,2 y alcanzó los 10 kilómetros de profundidad en la superficie terrestre multiplicando su fuerza destructiva, según apunta el Instituto Geológico Estadounidense. En 2009 otro terremoto acabó con la vida de 300 personas y dejó a otras 55.000 sin hogar al devastar la histórica ciudad de L'Aquila.

Un año antes, expertos de Protección Civil realizaron un estudio que reveló que tan sólo el 14% de los edificios en la franja más vulnerable del país estaban acondicionados según la normativa de seguridad sísmica. Tras la tragedia del 2009, se establecieron nuevas normas antisísmicas para las nuevas construcciones, que desde entonces tienen que implantarlas. Los edificios antiguos --que son la mayoría en Italia-- han quedado excluidos de estas nuevas medidas.

«No tenemos ni siquiera las lágrimas para llorar», decía ayer con tristeza el párroco de Amatrice, Sabino D’Amelio, quien añadió: «Tratamos de dar consuelo a los demás, pero es difícil encontrar las palabras. Aquí, en Amatrice, somos todos como una familia». En la localidad del centro de Italia, mundialmente famosa por su plato estrella, la pasta a la «amatriciana», también se ha derrumbado el histórico Hotel Roma, donde se espera que estén vivas las decenas de personas que podrían estar enterradas entre los escombros del edificio.

El primer ministro italiano, Matteo Renzi, quien ayer se personó en el lugar de los hechos, afirmó ante los periodistas que «ahora no es el momento de hablar», dando a entender la importancia del silencio como forma de respeto para las víctimas que contabilizó en al menos 159 los muertos y 368 las personas heridas. «Italia es hoy una familia golpeada, pero que no se detiene», señaló Renzi, in situ, quien a lo largo de la mañana había declarado que frente a esta catástrofe natural «nadie va a estar solo: ninguna persona, ninguna familia y ningún ayuntamiento».

Entre los dos centenares de víctimas, se encuentra Ana Huete, una granadina de 25 años que estaba casada con un italiano de Roma, según confirmó a LA RAZÓN la periodista Sabrina Fantauzzi, prima de su marido, Christian Cassini. Christian montó una pizzería en Granada hace un par de años, cuando se conocieron. El martes, la pareja se encontraba de vacaciones en Illica y los familiares de él ya han informado de la trágica noticia a los seres queridos de la joven española.

A última hora de la tarde de ayer, el jefe de los Bomberos italianos, Bruno Frattasi, confirmaba un refuerzo de 50 unidades para sumar así un total de 800 hombres destinados, de forma directa, a las labores de rescate juntos a la colaboración de las gentes locales de las zonas afectadas. La Protección Civil italiana afirmó que para reforzar las labores de búsqueda se habrían involucrado una buena parte de las Fuerzas de Seguridad: «Carabinieri, Policía de Estado y Ejército de Tierra».

«Es un desastre total, el pueblo está semidestruido. Estamos sin luz, sin teléfono y muchos siguen estando entre los escombros, aunque no sepamos cuántos sean», declaraba ayer con gran preocupación el alcalde de Accumoli, quien denunciaba que «las ayudas han llegado tarde, el primer equipo de bomberos ha llegado a las 07:40 de la mañana». Lo cierto es que en Accumoli, la situación geográfica del pueblo, sobre una colina, «dificulta mucho» las labores de rescate, según relató a Efe el coordinador de Protección Civil, Paolo Crescente. «Al encontrarse en alto todo es más complicado, mucho más difícil y, por lo tanto, más lento», consideró. Actualmente, en la localidad han dejado de ser funcionales prácticamente todos los edificios, entre ellos el cuartel de la Policía y la iglesia. Los rescatistas no han parado de realizar labores de búsqueda en todo el día de ayer, con tal de encontrar, lo antes posible, eventuales supervivientes entre los escombros. A lo largo del día, por ejemplo, se pudo salvar a un hombre de 57 años que permaneció durante unas 12 horas entre las ruinas. Una niña de diez años fue rescatada con vida y en buenas condiciones después de pasar más de 16 horas bajo los escombros de una casa completamente destrozada en Pescara del Tronto, otra de las localidades más afectadas.