Política

Videos

Asalto al refugio de los islamistas con 385 detenidos

Los islamistas se han enfrentado con los miembros de las Fuerzas Especiales egipcias en la mezquita de al-Fath
Los islamistas se han enfrentado con los miembros de las Fuerzas Especiales egipcias en la mezquita de al-Fathlarazon

Las autoridades egipcias detuvieron a 385 personas que se habían refugiado en la mezquita de Al Fateh, ubicada en el centro de El Cairo y desalojada ayer por la Policía.

Las autoridades egipcias no están dispuestas a dejar que los Hermanos Musulmanes ocupen ninguna plaza más, ninguna mezquita, ni un metro cuadrado del espacio público, del que están siendo marginados y borrados de forma rápida y brutal. Ayer las Fuerzas Armadas y de seguridad desalojaron por la fuerza la mezquita de Al Fatah, en el centro de El Cairo, donde los manifestantes islamistas se habían atrincherado el día anterior después de que estallara la violencia en la cercana plaza Ramsis. El templo se convirtió, como ya es habitual, en un hospital de campaña para tratar a los heridos en los enfrentamientos, y poco después en una morgue improvisada donde se acumularon decenas de cadáveres. Todavía no está confirmado cuántos habrían fallecido en la batalla campal en los alrededores de la mezquita, el Ministerio de Sanidad egipcio habla de 95 fallecidos, pero ese recuento no incluye los cuerpos que hasta la tarde de ayer permanecían en el interior del templo, junto a mujeres y ancianos que se habían refugio allí el día anterior.

Ante la posibilidad de que los islamistas establecieran otro campamento, como el que mantuvieron durante seis semanas en la plaza de Raba al Adauiya y de Al Nahda, el Ejército y la Policía rodearon la mezquita de Al Fath en la madrugada del viernes al sábado y durante horas trataron de forzar a los manifestantes para que se marcharan por su propio pie. Éstos temían ser detenidos si lo hacían, mientras que la Hermandad pedía refuerzos a sus fieles ante lo que parecía que iba a terminar en un nuevo baño de sangre. Después de casi 24 horas, las mujeres y los ancianos fueron los primeros en abandonar la mezquita, aunque no está claro qué destino corrieron, los hombres probablemente fueron arrestados. La institución de Al Azhar, máxima autoridad islámica suní, habría estado mediando entre las partes para facilitar esta salida segura, pero la violencia finalmente no pudo evitarse, cuando los últimos manifestantes se resistieron a abandonar el templo y empezaron a disparar con fusiles AK-47 desde el minarete (torre elevada desde la que se llama a los fieles a la oración) sobre los agentes que rodeaban el edificio. El tiroteo duró mucho tiempo y se pudo escuchar en todo el centro de la capital egipcia, que un día más fue sacudida por el miedo y la violencia de forma intermitente.

El día anterior, el denominado «viernes de la ira», dejó 173 muertos en todo el país y más de 1.300 heridos, la mayoría en El Cairo y muchos de ellos en esa plaza Ramsis, que volvió a ser el centro de la atención ayer. Los egipcios siguieron el cerco y desalojo de la mezquita de Al Fath en directo desde sus televisores, mientras que pocos ciudadanos se atrevieron a salir a la calle, por temor a verse atrapados en los enfrentamientos entre los seguidores de Mursi y las fuerzas del orden. Más de 1.000 personas fueron detenidas por los incidentes del viernes. Incluso el ex presidente Hosni Mubarak no acudió a su cita con la Justicia, debido a las circunstancias de inestabilidad e inseguridad, y la sesión del juicio contra el dictador fue aplazada hasta el 25 de agosto. Irónicamente, Mubarak está siendo juzgado por haber disparado contra los manifestantes durante la revuelta del 2011, algo que las Fuerzas de Seguridad egipcias no han dejado de hacer y en estos momentos tienen además luz verde del Gobierno interino para hacerlo. A pesar de las balas y de no disponer ya de ningún punto de encuentro ni territorio seguro, los Hermanos Musulmanes aseguran que seguirán movilizándose y ayer organizaron una gran manifestación en la zona de Helwan, en el sur de El Cairo, que transcurrió con normalidad y con cánticos en contra del golpe de Estado del 3 de julio en el que la Hermandad perdió absolutamente todo el poder.