Guerra en Irak
Más de 150 muertos en el ataque talibán contra una base del Ejército en Afganistán
La respuesta a la “madre de toda las bombas” no se ha hecho esperar en Afganistán. Más de 150 soldados, la mayoría jóvenes reclutas, murieron ayer en un ataque perpetrado por un comando talibán en la base 209 en Mazar-e-Sharif
La respuesta a la “madre de toda las bombas” no se ha hecho esperar en Afganistán. Más de 150 soldados, la mayoría jóvenes reclutas, murieron ayer en un ataque perpetrado por un comando talibán en la base 209 en Mazar-e-Sharif, informó ayer el ministerio de defensa afgano. Se trata del mayor ataque contra las fuerzas de seguridad afganas desde que en 2015 se anunció el final de la misión de tropas de la OTAN y demuestra que el grupo insurgente extremista aún tienen un enorme poder de acción.
El asalto comenzó en la tarde del viernes, a la hora de la oración, y los enfrentamientos se extendieron por cinco horas. Los atacantes eran 10, vestidos con uniformes militar, lo que confundió a las tropas cuando llegaron en dos vehículos. Siete fueron abatidos, dos se hicieron estallar con explosivos que llevaban en el cuerpo, y el último fue detenido, explicó en un comunicado el ministerio de Defensa afgano.
Lo pero fue que el ataque estuvo perpetrado por talibanes infiltrados que llegaron a bordo de Humvees y de camiones del ejército afgano y estaban vestidos con uniformes militares.
Los soldados fueron atacados en dos lugares donde se concentraban en ese momento: la mezquita, ya que era la hora de oración, y la cantina de la base. En ambos lugares estaban desarmados.
El primer grupi logró infiltrarse dentro del cuartel condonde ya estaban saliendo los soldados desarmados, y les dispararon indiscriminadamente. Otro grupo se dirigió a la cantina, acribillando a los que estaban allí.
El presidente afgano, Ashraf Gani, que visitó el cuartel militar para seguir de cerca la investigación de lo sucedido, calificó de “cobarde” el ataque porque se produjo cuando los soldados “participaban del rezo de los viernes”. "Los atacantes son infieles", sentenció.
Por su parte el primer ministro, Abdulá Abdulá, denuncio el hecho de que los talibanes atacaran una mezquita. “El ataque en lugares sagrados está prohibido en todas las creencias”, señaló.
Los talibanes reivindicaron inmediatamente el ataque en un comunicado firmado por su vocero, Zabihulah Muyahid, quien aseguró que mataron a "más de un centenar de soldados".
Los extremistas destacaron que cuatro de los diez comandos que participaron del ataque habían servido "durante mucho tiempo"en el Ejército afgano, y que por eso disponían "de toda la información"necesaria para perpetrar con éxito la operación.
La OTAN continúa en Afganistán con alrededor de 13.000 efectivos en tareas de asesoramiento y capacitación, mientras que Estados Unidos mantiene a alrededor de 8.400 soldados, especialmente en tareas antiterroristas.
Desde el fin de la misión de combate de la Alianza Atlántica la violencia ha aumentado en el país asiático impulsada por el avance de los insurgentes, que han reducido el territorio en manos del Gobierno a apenas un 57 % del total, según datos de EE.UU.
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