Venezuela
Matan a un estudiante durante las protestas en Venezuela
El régimen celebra 15 años del golpe fallido contra Chávez en otra jornada de protestas
El régimen celebra 15 años del golpe fallido contra Chávez en otra jornada de protestas
Si el fallecido Hugo Chávez levantase la cabeza, quizás fuera él mismo quien daría otro golpe de Estado como el que intentaron en su contra en el año 2002. Aquella intentona fue conmemorada ayer por sus fieles en Caracas. Con el país militarizado y dirigido en la sombra por generales corruptos, las calles se han convertido en una trinchera. Es una «guerra de guerrillas» entre dos bandos que en cualquier momento puede acabar en tragedia. Hay varios avisos. Seis marchas en diez días con un saldo de 200 heridos y dos muertos. El último este lunes.
La oposición venezolana, reunida en la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), informaba ayer de que un joven de 19 años, Daniel Alejandro Queliz Araca, fue asesinado durante una manifestación en el estado de Carabobo, ubicado en el centro del país caribeño. Este mensaje fue difundido también en Twitter por el ex candidato presidencial Henrique Capriles –recientemente inhabilitado por 15 años–, quien añadió: «A todos los venezolanos nos tiene que doler en el alma, basta! Hasta dónde es capaz de llegar Maduro? Asesinan mientras él vacaciona en Cuba!».
«Según información preliminar, Queliz se encontraba en una manifestación frente al conjunto residencial Los Parques, lugar al cual se presentaron funcionarios de la Policía. Durante la situación, el joven resultó herido en el cuello por un impacto de bala», señaló el fiscal en un comunicado. La víctima fue trasladada a un hospital de la localidad pero «ingresó sin signos vitales», añadió.
Ayer también la defensa de Capriles argumentó que la inhabilitación impuesta por la Contraloría no afecta a funcionarios elegidos democráticamente, sino a administrativos y que, por tanto, recurrirán ante todas las instancias pertinentes. También afirmó que Capriles será el gobernador de Miranda hasta que se celebren nuevos comicios regionales, en respuesta a la pretensión del contralor (fiscal) de revocar el mandato. «Métanse su inhabilitación por donde no les pega el sol», dijo el líder opositor.
Ayer se cumplieron 15 años de la gran marcha de la oposición venezolana que enfrentó a civiles y a la Guardia Nacional, y que culminó con el golpe de Estado que intentó derrocar al presidente en aquel entonces, Hugo Chávez. El comandante permaneció 48 horas fuera del poder, un hecho que abrió la puerta a una profunda división en el país. La economía venezolana también vivía en el año 2002 una situación de estancamiento envuelta en una severa crisis política. El camino bolivariano emprendido en 1999 no daba los resultados esperados. Bajo esas circunstancias se deterioraron el empleo y el poder adquisitivo y se incrementaron los niveles de pobreza. El PIB tuvo una caída del 8,9% y la inflación rondaba el 40%. En cualquier caso, si comparamos con los datos actuales: inflación del 1.000% anual y una recesión que ronda el 13%, la situación era más sostenible.
De hecho, ni siquiera a Chávez se le ocurrió embestir de tal manera contra los poderes del Estado, pisoteando la Constitución como lo hace Maduro. Aunque claramente creó escuela y el «alumno» acabó superando al «maestro», como lo demuestran los recientes globos sonda lanzados contra la oposición. A pesar de que el Supremo dio marcha atrás con los polémicos fallos que anulaban al Parlamento, la Asamblea , dominada por la oposición, sigue sin poder aprobar leyes porque la máxima corte asegura que está en «desacato». Es un camino peligroso hacia la dictadura constitucional.
Chávez afirmó entonces –en unas declaraciones que ya se han vuelto virales– que disolver el Parlamento serían un «golpe de Estado» en toda regla. Pues bien, es lo que está intentando realizar la Justicia chavista con más o menos soltura. El fallecido mandatario fue también capaz de reconocer su derrota durante el referendo constitucional por escasos 100.000 votos. Sin embargo, la actual administración no ha convocado todavía las elecciones regionales, que fueron aplazadas en 2016, ante el miedo a la derrota. Son «líneas rojas» que el ex presidente nunca cruzó. En 2002, la escasez de alimentos, la hambruna y el número de homicidios tampoco eran tan altos. A Chávez le salvó la posterior bonanza económica que suscitó el alza de los precios del petróleo. Algo con lo que no cuenta su sucesor. Ayer, en el marco de las manifestaciones, un grupo de personas se concentró en las afueras del Consejo Legislativo de Sucre y quitó una macrotografía de Chávez para luego quemarla. En el cartel podía leerse el eslogan que rezaba: «Aquí no se habla mal de Chávez». Una herejía que muestra un futuro incierto.
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