Elecciones en Alemania
Aumenta la presión a Schulz para que gobierne con Merkel
La participación en otra Gran Coalición divide a los socialistas alemanes
Dos meses después de celebrarse las elecciones, el destino de Alemania está en manos del líder del Partido Socialdemócrata (SPD), Martin Schulz. Solo él tiene la llave que podría poner fin a la peor crisis política que enfrenta Alemania después de que el esfuerzo de Angela Merkel por forjar una coalición tripartita con el Partido Liberal (FDP) y Los Verdes fracasara el fin de semana. Una situación que sume a toda Europa en una incertidumbre ante la falta de liderazgo de la locomotora de la UE. «El Partido Socialdemócrata es plenamente consciente de su responsabilidad en la actual situación de dificultad», señaló ayer Schulz antes de reunirse con el presidente del país, Frank Walter Steinmeier, quien tras la ruptura de las negociaciones asumió el papel de árbitro en la búsqueda de soluciones. De todas las reuniones que figuran en la agenda del presidente, la de Schulz se ganó el adjetivo de «decisiva», dada la negativa del líder del SPD a sellar una nueva Gran Coalición con Merkel.
A su término, y sin que trascendiera ningún comunicado, el líder del SPD se reunió con la ejecutiva de su formación. Hasta el momento, Schulz ha rechazado una y otra vez una nueva alianza con Merkel. Una posición que respaldó el lunes de forma unánime la ejecutiva de su partido, aunque en los últimos días han aumentado las voces que instan a Schulz a reconsiderar su postura.
Entretanto, Volker Kauder, el líder de la Unión Cristianodemócrata (CDU), el partido de Merkel, en el Parlamento (Bundestag), también expresó su deseo de que Schulz dé marcha atrás en su postura. «Europa está esperando una Alemania capaz de actuar para que finalmente pueda responder a las preguntas planteadas por el presidente [francés, Emmanuel]Macron. El país económicamente más fuerte de Europa no puede mostrarse como un enano político», dijo Kauder, en referencia al llamamiento de Macron a realizar reformas fiscales para fortalecer la zona euro. Una posibilidad que se vió fortalecida tras las palabras del presidente del FDP, Christian Lindner, que ayer –una vez más– rechazó de manera definitiva formar una coalición de Gobierno a tres bandas. Incluso en el caso de nuevas elecciones, Lindner descartó la participación de su partido en una coalición gubernamental con Los Verdes, al explicar que es imposible una cooperación confiable con ese partido a nivel federal.
En cualquier caso, las posturas en el seno del SPD están divididas. Por un lado, crece el número de partidarios dispuesto a volver a gobernar junto a la canciller, lo que, a su parecer, podría revertir en ventajas, ya que la CDU, al no tener otro socio posible para mantenerse en el poder, debería hacer bastantes concesiones, sobre todo en áreas tradicionalmente afines a la socialdemocracia como los derechos de los trabajadores. Además, entre los socialdemócratas hay cierto nerviosismo por lo que podría ocurrir en caso de celebrarse nuevos comicios, ya que, según los sondeos difundidos durante esta semana, podrían sufrir una nueva debacle.
No obstante, no son pocos los que se niegan a reeditar esa alianza y remarcan los inconvenientes o la pérdida de identidad que supuso al SPD gobernar junto a los conservadores y que, como se vio en las pasadas elecciones de septiembre, se plasmó en el peor resultado de su historia al caer al 20% de votos. Merkel, quien sigue siendo canciller hasta que se acuerde un Gobierno, ha manifestado que preferiría trabajar con el SPD. Si eso fracasa, se ha mostrado a favor de la convocatoria de nuevas elecciones en lugar de encabezar un inestable Ejecutivo minoritario.
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