Roma

Berlusconi chantajea a Letta

Silvio Berlusconi, a la salida de su Palacio Grazioli, ayer, en Roma
Silvio Berlusconi, a la salida de su Palacio Grazioli, ayer, en Romalarazon

Silvio Berlusconi está dispuesto a convertir en un asunto internacional las tres condenas que ha encajado en Italia por el «caso Mediaset», en el que está imputado por un delito de evasión fiscal. Tras conocer el jueves el veredicto del Tribunal Supremo al respecto, los abogados del ex primer ministro anunciaron que recurrirán a las «sedes europeas» para lograr la revocación de esta «injusta sentencia». Se referían al Tribunal Europeo de Derechos Humanos, el organismo con sede en Estrasburgo que vela por el cumplimiento del Convenio de los Derechos Humanos y las Libertades Fundamentales firmado por los 47 países del Consejo de Europa.

Los letrados planean presentar al magnate en Estrasburgo como una víctima de la persecución de los jueces italianos, quienes habrían actuado con motivaciones políticas impidiendo que utilizara en su defensa todas las armas que la Justicia contempla. Es una huida hacia adelante que se demoraría años y que, si le sale bien, respaldaría a Berlusconi, a quien ayer ya le fue retirado el pasaporte, en sus denuncias de que una parte de los magistrados son «comunistas» que intentan llevar las riendas del país sin haber pasado por las urnas. «Los abogados esgrimirán que en el proceso ha habido violaciones de los derechos de su defendido, pues, por ejemplo, no han podido citar a todos los testigos que querían y que, según ellos, hubieran demostrado su inocencia. Si finalmente el Tribunal de Estrasburgo se pronuncia sobre el caso y lo hace a favor de Berlusconi, su fallo no anularía la sentencia del Supremo, pero sí obligaría a revisar el caso. La condena no quedaría inmediatamente invalidada, pero se lograría un efecto simbólico muy importante», opina Markus Wiget, abogado penalista italiano. Al mismo tiempo que prepara las últimas opciones de su defensa, el ex primer ministro ha diseñado la estrategia política que debe seguir su partido, el derechista Pueblo de la Libertad (PDL). Ayer se reunió con los dirigentes de la formación para comunicarles cuál es el precio que el Gobierno de coalición deberá pagar si quiere seguir vivo: o reforma la Justicia o la derecha abandona el pacto suscrito con el izquierdista Partido Democrático y la coalición centrista liderada por Monti para sostener el Ejecutivo. Aunque las palabras de Berlusconi puedan sonar ahora como una amenaza para el primer ministro, Enrico Letta, el magnate ya había impuesto la reforma judicial en la agenda gubernativa desde que empezaron las negociaciones para formar la coalición. Letta no tendrá más remedio que afrontar esta patata caliente, pero con la tranquilidad de que, si «Il Cavaliere» tuviera intención de acabar con el Ejecutivo, ya lo habría hecho.