Roma
Berlusconi condena a Italia a la inestabilidad perpetua
La comisión del Senado dilata su decisión sobre el futuro de «Il Cavaliere»
roma- A Silvio Berlusconi le va la marcha. Desde que desembarcó en la política italiana hace veinte años, el ex primer ministro ha supuesto un terremoto de tal magnitud que son escasísimos los momentos de calma chicha que desde entonces han vivido los sucesivos Gobiernos. Por motivos propios o derivados de sus intereses judiciales o empresariales, el magnate ha logrado que la política transalpina viva en un estado de agitación permanente. Condenado a principios de agosto por el Tribunal Supremo por un delito de evasión fiscal, en el llamado «caso Mediaset», «Il Cavaliere», que está a punto de cumplir 77 años, sigue con ganas de dar guerra y de que la suerte de su amadísimo país continúe dependiendo sólo de sus decisiones.
La última batalla la está dando «Il Cavaliere» por la retirada de su escaño de senador. Es una consecuencia directa del fallo del Supremo, pues la «Ley Severino» prevé la expulsión del Parlamento de quienes hayan sido condenados a penas de al menos dos años de prisión. A Silvio Berlusconi en el «caso Mediaset» le cayeron cuatro años de cárcel, aunque sólo tendrá que cumplir nueve meses por la llamada «Ley del indulto» y una posterior reducción. Debido a su edad, el ex primer ministro se libra de acabar entre rejas: cumplirá la pena realizando una prestación social o en arresto domiciliario, ésta última parece, a día de hoy, la hipótesis más probable. Berlusconi dice haber tomado como rehén al Gobierno, del que forma parte su partido, el Pueblo de la Libertad (PDL). Amenaza con hacer caer al Ejecutivo de Enrico Letta si no cuenta con el apoyo de los senadores del Partido Democrático (PD), la formación del primer ministro. La comisión de la Cámara Alta que se encarga del asunto lleva reunida desde el lunes.
Anoche tampoco fueron capaces de tomar una decisión que, según las declaraciones del PDL, parece destinada a cambiar el curso político del país. Renato Schifani, uno de los moderados de la formación de Berlusconi, llegó incluso a decir que el PD había convertido la comisión del Senado en una «cámara de gas». No obstante, si finalmente los senadores de la formación de Letta se avienen a cumplir la «ley Severino» y votan junto a la izquierda para quitarle al ex «premier» su escaño, sólo estarán adelantando su suerte unos meses.
Que Berlusconi tendrá que abandonar el Parlamento italiano se da por hecho, pues el fallo del Supremo ratificó la inhabilitación a la que también había sido condenado en primera y segunda instancia. Sólo puso un pero: el Tribunal de Apelación de Milán tenía que volver a calcular el tiempo que debía estar alejado de los cargos públicos. Los magistrados se reúnen el 19 de octubre para decidir cuánto tiempo debe durar la inhabilitación –cinco años según las sentencias anteriores–.
Pese a las declaraciones catastrofistas de los políticos italianos y a la enorme presión con que está desarrollando su trabajo la comisión del Senado destinada a decidir el futuro inmediato de Berlusconi como parlamentario, para «Il Cavaliere» podría ser más interesante dejar al Gobierno con vida que tratar de propiciar su caída. Como escribía en el periódico italiano «Il Sole 24 Ore» su cronista parlamentaria, Emilia Patta, el escenario más probable es que el magnate decida seguir adelante en su alianza con Letta, aunque mantenga siempre el dedo en el interruptor, amenazando con apagar la luz del Gabinete cuando le plazca. El ex mandatario se presentaría así ante sus votantes como un «mártir» acosado por los jueces pero que por responsabilidad se digna a seguir sosteniendo al Gobierno. Buena manera de intentar lograr votos en las próximas elecciones y conseguir que se aprueben unas cuantas leyes de su interés.
Ante el clima de inestabilidad política, el presidente Giorgio Napolitano hizo ayer un llamamiento a la unidad nacional. «Si no nos mantenemos firmes y consolidamos los pilares de nuestra convivencia nacional, todo está en peligro, advirtió.
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