Venezuela

Berta Soler: «El régimen cubano está relacionado con la muerte de Payá»

Líder de las Damas de Blanco

Berta Soler, en Madrid, antes de la entrevista
Berta Soler, en Madrid, antes de la entrevistalarazon

La cubana Berta Soler (1964) se convirtió en la líder del grupo disidente las Damas de Blanco tras la muerte de su fundadora, Laura Pollán, en 2011. Soler salió ayer por primera de Cuba, un verdadero acontecimiento en su vida, fruto de la reforma migratoria puesta en marcha hace apenas dos meses por el Gobierno de Castro. Hoy participará en Madrid en un acto en la Casa de América junto a Esperanza Aguirre y mañana será recibida en el Parlamento.

Después de trabajar durante 25 años como técnica en microbiología en un hospital cubano, Soler abandonó su empleo en 2009 «por el hostigamiento de la Seguridad del Estado» y siguió luchando con más dedicación en la defensa de los presos políticos. Hoy es la misma persona enérgica de siempre y la cara visible de un colectivo que ha logrado gran visibilidad y que fue merecedor del Premio Sajarov del Parlamento Europeo en 2005. Ayer era una mujer feliz, vestida de blanco absoluto y con un ramo de flores en las manos.

–¿Cómo se siente al salir por primera vez de Cuba?

–Feliz por estar en un país donde hay democracia y libertad, pero no me siento a plenitud, puesto que hay muchos hermanos y hermanas a los que el Gobierno no les va a dejar salir temporal ni definitivamente de la isla. Estoy aquí en nombre de Laura Pollán, la líder de las Damas de Blanco, la principal animadora, en nombre de los presos políticos y del pueblo de Cuba.

–¿Cree que cuando regrese a la isla será perseguida e intimidada por el Gobierno?

–Perseguida estoy siempre. Ayer mismo, cuando salí de la iglesia, un carro de la policía política me persiguió hasta mi casa. Otro carro me siguió después hasta el aeropuerto. Siempre sentimos la presencia de ellos, pero no tenemos miedo. El amor por la familia, por la vida y por la patria es más fuerte. Si la sangre va a correr por las calles de Cuba será la nuestra. Somos mujeres pacíficas, los violentos son ellos.

–¿Cree que la reforma migratoria supone un cambio sustancial?

–Ésta es una nueva reformilla, un engaño para mantenernos entretenidos. El Gobierno de Cuba nos tiene hundidos en la miseria. Y si a mí me han dejado salir no es porque el Gobierno sea bueno, sino porque hay presiones políticas internacionales. En estos momentos hay varios disidentes a los que no dejan viajar fuera, entre ellos una Dama de Blanco, que aun teniendo el pasaporte le han denegado la salida porque está en una lista de contrarrevolucionarios. El Gobierno cubano eliminó la tarjeta blanca, pero la cambió por el pasaporte, es el mismo perro con distinto collar porque sigue teniendo un filtro para seleccionar quién puede salir del país.

–Usted siempre ha pensado que la muerte de Laura Pollán fue sospechosa. ¿La refuerzan en su idea las declaraciones de Carromero diciendo que un coche le dio por detrás al vehículo en el que viajaban los disidentes Payá y Harold Cepero?

–Siempre lo dije: el Gobierno cubano tuvo que ver de una forma u otra con la muerte de Laura y de Payá y Cepero. Y si no es así, que lo demuestre. Yo llevé a Laura al hospital, tenía falta de aire. La metieron en terapia intensiva y la dejaron aislada. Sólo la podían ver su esposo y su hija cinco minutos al día. Y a la semana murió. Laura no estaba para morir. A Laura nos la entregaron hecha un monstruo, ésa no era Laura. Y siempre estuvo presente en el hospital la policía política. Ellos dieron la noticia de su muerte.

–¿El Gobierno cubano ha suavizado la represión contra los disidentes?

–La represión a la disidencia interna se ha recrudecido. Mientras el mundo entero está pidiendo la no violencia contra las mujeres, el Gobierno cubano nos patea, hace simulacros con pistolas contra nosotras, nos amarra con cintos..., ¿eso no es terrorismo de Estado? En 2012 más de 1.280 Damas de Blanco fueron retenidas violentamente por ejercer la libertad religiosa los domingos.

–¿La muerte de Chávez puede repercutir en la isla?

–Nosotras no nos alegramos de la muerte de Chávez, pero tampoco tenemos de qué lamentarnos. Chávez apoyaba a Fidel y a Raúl Castro en represión contra las mujeres. Hay que saber qué es lo que dijo Chávez cuando murió Orlando Zapata en huelga de hambre pidiendo respeto a los derechos humanos. El petróleo que Chávez daba al régimen de Castro no era para el pueblo. Ese petróleo era para llenar los tanques de los carros de la policía política para que nos reprimiera a nosotros mientras las ambulancias están paradas por falta de petróleo. El transporte en Cuba está bastante colapsado porque dicen que no hay petróleo. El dinero que recibe Cuba por enviar médicos a Venezuela no va a los hospitales. En Cuba ya no hay más que hospitales: el Cimez, que es un hospital militar, para su gente; el Cira García, que es para los extranjeros, para sacarles el dinero, y el Hermanos Ameijeiras, que es muy selectivo. Los hospitales en Cuba ya no son hospitales. Cuando ingresas tienes que buscar colchas, sábanas, aseo y comida porque ni eso hay. Quien está preocupado por la muerte de Chávez y por quién va a coger el poder en Venezuela es el Gobierno cubano, no el pueblo, que está hundido en la miseria. En unos 15 años desaparece la Habana porque son casas muy viejas y el Gobierno cubano no le interesa su mantenimiento. Sólo le interesa ganar tiempo para mantenerse en el poder.

–¿El régimen caerá con la muerte de Raúl Castro?

–Nunca se sabe. Viva o muera Raúl, nosotras vamos a continuar luchando. Los Castro están aferrados al poder y cuando Raúl no pueda más le entregará el poder a uno de ellos.