Comisión Europea
Bruselas eleva a 1,3 billones el primer Presupuesto post Brexit
Aumenta el gasto en Defensa, inmigración y Erasmus en detrimento de las ayudas agrícolas y regionales
Aumenta el gasto en Defensa, inmigración y Erasmus en detrimento de las ayudas agrícolas y regionales.
La salida de Reino Unido causará un socavón en las arcas comunitarias de hasta 14.000 millones de euros a partir del año 2020 y el debate sobre hacia dónde debe caminar el nuevo «club» a Veintisiete tras el divorcio británico ya ha comenzado. Ayer, la Comisión Europea presentó su propuesta para el nuevo marco plurianual presupuestario del periodo 2021-2027. Un documento plagado de cifras, pero que más allá de los números demuestra la necesidad de la UE de reflexionar sobre su razón de ser y la dificultad de conciliar posturas.
Bruselas introduce importantes cambios respecto a ejercicios precedentes, aunque no una revolución. El presupuesto para estos seis años será de 1,279 millones de euros, aproximadamente el 1,14% del PIB comunitario, una cantidad que supone un leve aumento respecto al periodo anterior, situado en el 1,03%. Alemania, Francia y España ya han anunciado sus intenciones de contribuir más al presupuesto comunitario si es necesario, pero los «halcones» del norte como Países Bajos, Austria y Finlandia (contribuyentes netos ya que aportan más dinero del que reciben) están en contra. Para que haya acuerdo se necesita la unanimidad y el voto favorable de la Eurocámara, y la cruenta batalla acaba de empezar.
«Para responder a los desafíos actuales y futuros, las políticas y los programas de la Unión deben estar dotados con medios suficientes. El nivel del presupuesto no es una cuestión neutra, es una cuestión directamente ligada a nuestra ambición», aseguró ayer el presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker, al presentar esta iniciativa ante el Pleno del Europarlamento. El primer ministro holandés, Mark Rutte, convertido en los últimos tiempos en el líder natural de los «halcones», hizo saber ayer vía Twitter su oposición a la propuesta del Ejecutivo comunitario al asegurar que «una UE más pequeña supone un presupuesto también más pequeño». El Parlamento Europeo pretende dar luz verde a estos nuevos presupuestos antes de que termine la legislatura en mayo de 2019, pero todo indica que será imposible.
Actualmente, las partidas de la Política Agrícola Común (PAC) y las fondos que reciben las regiones europeas suponen el 70% del Presupuesto. Una cantidad que muchos juzgan excesiva y que Bruselas pretende reducir para que llegue aproximadamente al 60%. El propósito es que esta reducción sirva para financiar nuevas necesidades como Defensa (acuciante tras la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca), la mejor gestión de las fronteras europeas (que ahora recae sobre las arcas de cada Estado) o el programa Erasmus. En la propuesta de Bruselas, los fondos agrícolas sufren un recorte del 5% y las partidas destinadas a los fondos regionales un 7%.
Aún es pronto para saber cómo afectarán estos recortes a España, a pesar de que estas dos líneas de financiación siempre han sido prioritarias para nuestro país. En el caso de los fondos regionales, la Comisión mantiene que el principal criterio de reparto seguirá siendo el PIB per cápita (lo que perjudica a España en comparación a los países del Este), pero también promete contabilizar otros factores como el paro, la acogida de refugiados o la gestión del medio ambiente. Unos criterios que servirían como palanca para que España pueda seguir manteniendo el grueso de fondos que actualmente recibe, aunque Bruselas debe aún concretar el reparto de cada línea presupuestaria y acordarla con los Estados europeos. España cerrará el periodo 2020 manteniéndose en el estatus de receptor neto, aunque a partir del año 2021 esto puede cambiar. Por ahora, no es fácil realizar el cálculo, ya que nuestro país también podría beneficiarse de las partidas que reciben grandes incremento.
Entre los ganadores del nuevo periodo están el programa Erasmus, cuyos fondos serán duplicados; la partida de I+D+I, que también aumenta un 50%, y la línea presupuestaria para gestión de fronteras e inmigración casi triplicará sus recursos. La Comisión pretende que en 2026 el cuerpo de policías de fronteras este formado por 10.000 personas. El nuevo fondo de Defensa supone un aumento del 22%.
Entre las novedades, también destacan los fondos que puedan hacer frente a situaciones de crisis dentro de la zona euro, en línea con las propuestas de Emmanuel Macron. Con bastante menos ambición que los planes del presidente francés, Bruselas propone un fondo de 25.000 millones que sirva como incentivo para que los países sigan las recomendaciones de la Comisión Europea sobre las reformas económicas que deben llevar a cabo y que, muy a menudo caen en saco roto, y en segundo lugar una línea de financiación de 30.000 millones que garantice el mantenimiento de la inversión en los peores momentos de crisis.
La Comisión propone nuevos modos de financiar el presupuesto: una tasa para los países que no reciclen del 0,80 euros para kilo de plástico o un 20% de los ingresos del sistema de comercio de emisiones de CO2.
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