Estado Islámico
Las fuerzas kurdas toman el casco antiguo de Raqa
Las FSD, con apoyo de EE UU, controlan el 65% del último feudo del Estado Islámico en Siria
Las FSD, con apoyo de EE UU, controlan el 65% del último feudo del Estado Islámico en Siria.
El último bastión del Estado Islámico (EI) en Siria se tambalea. Tras perder esta misma semana el estratégico feudo iraquí de Tel Afar, en la frontera siria, el autoproclamado califato islámico estaría a punto de colapsar después de que las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) se hayan hecho con la ciudad vieja de Raqa, capital «de facto» del EI en Siria.
En la jornada de ayer, las fuerzas kurdas, apoyadas por la coalición internacional, liderada por Estados Unidos, avanzaron posiciones hasta romper la línea defensiva del grupo yihadista en el casco antiguo de Raqa, donde se han atrincherado los combatientes del EI y 25.000 civiles dejados a su suerte como escudos humanos.
Además de penetrar en el centro de la ciudad, sitiado desde hace un mes, las FSD se hicieron con el control del barrio de Al Dariya, considerado como «una de las fortalezas estratégicas» del Daesh (acrónimo en árabe del Estado Islámico en árabe), explicó el portavoz de estas milicias kurdas, Talal Selo. «El control sobre la ciudad vieja –que tiene gran importancia histórica– es una victoria moral contra el Daesh, que está colapsado en Raqa y su derrota allí es inevitable», aseguró vehemente el portavoz de las fuerzas kurdas.
Los combates prosiguen en seis barrios, con el respaldo de fuerzas especiales estadounidenses sobre el terreno, y la lucha no cesará hasta que las fuerzas kurdas no logren la victoria contra el EI, aseguró Selo.
Con la conquista del casco antiguo de Raqa, las FSD han tomado ya el 65% del territorio de esta ciudad del noreste de Siria, o lo que es lo mismo catorce barrios en total, según detalló un comunicado firmado por la portavoz del grupo, Yihan al Sheij Ahmed. Por su parte, el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos afirmó que las FDS todavía proseguían los enfrentamientos con los yihadistas del EI en una pequeña parte de la ciudad vieja.
Los combatientes árabes y kurdos de la FDS entraron por primera vez en Raqa a principios de junio y hasta un mes después no consiguieron penetrar en su ciudad vieja. Las milicias kurdas rompieron la línea defensiva del Estado Islámico tras una serie de ataques aéreos de la coalición internacional que abrieron dos agujeros en la pared de Rafiqah, una barrera de 2.500 metros que rodeaba el centro histórico. En total, los aviones de combate de Estados Unidos lanzaron 15 ataques aéreos sobre Raqa y «golpearon a «once unidades tácticas del Daesh y destruyeron diez posiciones de combate, tres puntos de logística, dos vehículos y un puesto de mando y control», dijo en un comunicado las Fuerzas Conjuntas (Join Task Forces), que combaten contra el EI en Siria e Irak.
Los civiles atrapados en fuego cruzado son las principales víctimas de la guerra. Sólo en la primera quincena de agosto cerca de 10.000 personas huyeron de Raqa a causa de los bombardeos y 19 de los 24 vecindarios de la exigua capital del EI están abandonados, según la ONU.
La protección de los civiles permanece como uno de los grandes preocupaciones para las organizaciones humanitarias. Grupos de activistas han acusado a la coalición dirigida de matar a cientos de civiles desde el inicio de la campaña aérea contra el Estado Islámico en el norte de Siria hace un año. A pesar de que muchos civiles continúan atrapados, las organizaciones internacionales están tratando de mejorar las condiciones de vida de los miles de personas desplazadas en los campos de desplazados de Ain el Issa, en el norte de Siria.
Con bastante optimismo, el enviado especial de Naciones Unidas para Siria, Staffan de Mistura, auguró ayer que «Raqa caerá a finales de octubre», lo que abrirá la posibilidad de «celebrar elecciones democráticas creíbles dentro de un año».
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