Irán

Centenares de «cascos blancos» son evacuados con la ayuda de Israel

Serán reasentados junto con sus familias en Alemania, Reino Unido y Canadá en un plazo de tres meses.

Varios autobuses trasladan a los «cascos blancos» hasta la frontera de Israel para continuar su viaje hasta Jordania desde donde serán trasladados a países europeos y Canadá
Varios autobuses trasladan a los «cascos blancos» hasta la frontera de Israel para continuar su viaje hasta Jordania desde donde serán trasladados a países europeos y Canadálarazon

Serán reasentados junto con sus familias en Alemania, Reino Unido y Canadá en un plazo de tres meses.

En una maniobra insólita, centenares de miembros de los llamados «cascos blancos» sirios, un grupo que realiza labores de rescate de emergencia en las zonas que no se encuentran bajo control gubernamental, fueron evacuados ayer hasta Jordania con la ayuda de Israel.

Huyendo del avance del Ejército regular en el sur de Siria, el número inicial de personas previstas para ser evacuadas era de 800, pero el ministro de Asuntos Exteriores jordano, Ayman Safadi, señaló a través de su perfil de Twitter que la cifra final fue de poco más de la mitad, 422, puesto que el resto habría visto su paso cerrado mientras se dirigía hacia la frontera.

La operación comenzó poco antes de la medianoche del sábado, cuando los miembros de los «cascos blancos» habían sido citados en dos puntos a lo largo de la frontera de Siria con los Altos del Golán ocupados por Israel, según informó un medio local. Desde allí, el Ejército israelí custodió a los evacuados hasta que entraron en territorio bajo su control, para luego ser directamente trasladados en autobús hasta la frontera jordana, donde les aguardaba un nuevo convoy.

«Estas personas, que han salvado vidas, están en peligro. Por lo tanto, autoricé su evacuación a través de Israel hacia otros países», señaló el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu. El Ejército de Israel, por su parte, aclaró que se trataba de un movimiento «excepcional» llevado a cabo «a petición de Estados Unidos, Canadá y algunos países de la Unión Europea», lo que sugiere que no hay previstas más operaciones de este tipo.

En este sentido, la evacuación ha sido posible gracias a que Alemania, Canadá y Reino Unido se han comprometido a conceder asilo a los refugiados, aunque la distribución aún no ha sido revelada. La oficina de Federica Mogherini, Alta Representante de la UE para Asuntos Exteriores, calificó el acto de un «importante gesto humanitario» para una organización dedicada a «salvar, proteger y ayudar a los civiles durante el conflicto sirio».

Los «cascos blancos», llamados oficialmente Defensa Civil Siria, es un grupo de voluntarios constituido en 2014 que ha destacado por sus servicios de emergencia efectuados en zonas controladas por grupos de la oposición, especialmente tras ser bombardeadas. La organización, que se considera neutral y se estima que ha salvado miles de vidas, sonó como posible ganadora del Premio Nobel de la Paz en 2017.

La misión de rescate se ha producido durante los últimos compases de la ofensiva iniciada por el Ejército sirio en el sur del país con el objetivo de recuperar los territorios que se encontraban bajo control tanto de los rebeldes como del Estado Islámico (EI). La campaña, lanzada después de que las fuerzas del régimen respaldadas por Irán y Rusia hayan conseguido asegurar las zonas colindantes con Damasco, ha avanzado con relativa facilidad, dado el nulo apoyo logístico recibido por los grupos opositores.

En vista de la inminente derrota, algunos combatientes integrados en las filas rebeldes aceptaron ser trasladados junto con sus familias hacia la provincia de Idlib, el último gran bastión de la oposición situado en el norte del país. A causa de los enfrentamientos, sin embargo, entre 270.000 y 330.000 civiles huyeron de sus casas en dirección a la frontera jordana y, en menor medida, hacia la frontera israelí o hacia Damasco.

Israel anticipó que no permitiría la entrada de ningún refugiado en su país, reduciendo sus acciones a ayuda humanitaria, mientras que Jordania, que ya ha acogido a más de un millón de sirios desde que estallara la guerra civil en 2011, aseguró que no podía aceptar más, e hizo un llamamiento a recibir ayuda internacional. Una petición que, en el caso de los «cascos blancos», sí que ha sido escuchada por Amán.