Videos

China abole la política del hijo único por la caída de la economía

Una pareja observa a unos niños jugando en un parque cargando a su bebé en Shangai (China)
Una pareja observa a unos niños jugando en un parque cargando a su bebé en Shangai (China)larazon

El Partido Comunista establece el principio de «una pareja, dos niños» tras el Plenario del Comité Central. La reducción de la población activa, el envejecimiento y menos crecimiento han forzado este cambio después de 35 años.

Se acabó el tener un solo hijo. El Partido Comunista de China (PPCh) anunció ayer que permitirá tener dos descendientes a todas aquellas parejas que lo deseen y abandonará la política del hijo único que durante más de tres décadas ha estado vigente en el país. «China va a aplicar plenamente la política de ‘‘una pareja, dos niños’’ como una respuesta proactiva a la cuestión del envejecimiento de sus ciudadanos», informó el PCCh en un comunicado remitido a Xinhua. En el mismo texto se señalaba que «para promover un crecimiento equilibrado, China seguirá manteniendo la política nacional básica de control de los habitantes y mejorará su estrategia de desarrollo de la población».

Esta nueva medida, cuyos detalles no se han revelado todavía, se hizo pública ayer tras la finalización de la reunión que el Comité Central del Partido Comunista ha mantenido durante cuatro días a puerta cerrada para debatir el 13º Plan Quinquenal, documento que fija las políticas económicas y sociales para los años 2016-2020. En los últimos meses ya se había especulado sobre el posible anuncio del abandono de una norma que introdujo oficialmente el Partido Comunista en 1980 para controlar la natalidad. Una política que originariamente trataba de prevenir 400 millones de nacimientos y que, sin embargo, trajo de la mano un gran costo humano con esterilizaciones forzadas o abortos obligados.

El aborto selectivo también fue consecuencia directa de esta medida y, según cifras oficiales, en 2014 nacieron 116 niños por cada 100 niñas. Este gran desequilibrio de género en la población acumulado durante décadas ha generado que haya 34 millones de hombres que no encuentren pareja femenina. Una problemática que se agudiza con el aumento del tráfico de mujeres de otros países, las agresiones o la frustración personal de muchos varones. Sin embargo, parece ser que ninguno de estos asuntos han sido los causantes del abandono de esta política, sino más bien un envejecimiento de la población visto por el PCCh como uno de los mayores problemas a los que se enfrenta el país. Según Naciones Unidas, en 2050 China tendrá 440 millones de personas mayores de 60 años, mientras otros datos muestran que la población activa se redujo en 3,71 millones el año pasado quedando en 917 millones, tendencia que se espera continúe. Unas cifras que asustan a un Gobierno que en 15 años teme tener la población más envejecida del planeta. Para muchos esta medida no atajará el problema. Wang Feng, experto en el cambio demográfico y social en China, apuntó a Reuters que la nueva norma «no va a tener ningún impacto en la cuestión del envejecimiento de la sociedad, pero sí que va a cambiar el carácter de muchas familias jóvenes». Habrá que ver si realmente hay un cambio en el imaginario colectivo de una sociedad en la que la política del hijo único es una idea tan arraigada. Precisamente, muchas parejas a las que se les permitió tener otro descendiente en virtud de la reforma que hubo en 2013 decidieron no beneficiarse debido al coste económico que supone tener un segundo vástago en un país en el que cada vez todo es más caro y a una forma de pensar tan establecida.

En ese año, se consintió ampliar la familia a aquellas parejas en las que al menos uno de los padres era a su vez también hijo único, una medida que no cosechó el éxito esperado por las autoridades. Precisamente, a mediados de 2015 tan sólo 1,5 millones de los 11 millones de parejas que cumplían los requisitos pidieron el permiso necesario, echando por tierra los cálculos del Ejecutivo de que a principios de este año ya se hubieran beneficiado unos dos millones de familias.

La medida ha sido bien acogida por muchos colectivos aunque algunos duden de su efectividad. Stuart-Basten, demógrafo de la Universidad de Oxford, señaló al diario «The Guardian» que «a corto plazo probablemente habrá un pequeño ‘‘baby boom’’, sobre todo en algunas de las provincias más pobres donde las leyes han sido muy estrictas, como en Sichuan o en algunas partes del sur, pero a largo plazo no creo que suponga una gran diferencia». El anuncio de ayer va a formar parte de un conjunto de reformas que quiere aplicar el presidente Xi Jinping durante los próximos cinco años con las que quiere convertirse en uno de los líderes más radicales desde Mao Zedong.