Londres

Cinco escuelas inglesas suspendidas tras acusaciones de radicalismo islámico

Cinco escuelas de la ciudad inglesa de Birmingham afrontan la posibilidad de cierre tras ser inspeccionadas por orden del Gobierno a raíz de acusaciones de radicalismo islámico que los centros niegan. La controversia sobre la educación en Birmingham -la segunda ciudad británica y con considerable población musulmana- se produce a un año de las próximas elecciones generales en el Reino Unido, en mayo de 2015.

Estos colegios, de un total de 21 investigados por el regulador británico Ofsted, han sido colocados en situación de "medidas especiales", lo que significa que si no introducen mejoras en un plazo de tiempo se puede cambiar el equipo de dirección o incluso cerrar el establecimiento.

El inspector jefe de Ofsted, Michael Wilshaw, ha declarado que en algunos de esos centros existe "una cultura de miedo e intimidación"y asegura que el ayuntamiento de Birmingham, laborista, no ha hecho lo suficiente para proteger a los alumnos de "los riesgos de radicalización y extremismo".

Wilshaw dijo que algunos docentes "han sido marginados o forzados a dejar el trabajo"y sostuvo que "hay pruebas de que ha habido una campaña organizada para penetrar en ciertas escuelas".

En algunos colegios, los miembros del Consejo de Gobernación -formado por empleados y padres y cuya misión es supervisar el buen funcionamiento de los centros- "ejercían demasiada influencia"y no promovían la tolerancia.

Entre las recomendaciones al Ejecutivo, Ofsted propone introducir la figura del "gobernador profesional"y estrechar la supervisión de las llamadas escuelas libres o academias, impulsadas por el gobierno al margen de la escuela estatal, con fondos públicos pero ajenas al control municipal, supuestamente para mejorar los estándares educativos.

La inspección de las 21 escuelas fue ordenada por el ministerio de Educación a raíz de una carta anónima recibida por el ayuntamiento de Birmingham en los últimos meses en la que supuestamente se describía un plan para infiltrarse en los colegios a fin de implantar el extremismo.

Aunque posteriormente se estableció que el documento era falso, Gove ordenó una investigación de Ofsted, en paralelo a las que realizan ese ayuntamiento y la Policía.

Tras conocerse hoy el informe de Ofsted, que consideró deficientes a esas cinco escuelas y criticó a otras, si bien aprobó a la mayoría, los directores de colegios de Birmingham y activistas locales cuestionaron las conclusiones e indicaron que podrían estar motivadas políticamente.

David Hughes, vicepresidente de la Fundación Educativa Park View -responsable de tres de los centros suspendidos-, aseguró hoy que sus escuelas, que anteriormente fueron calificadas de "sobresalientes", "no promueven o toleran el extremismo"y dijo que tomarán medidas legales contra los inspectores de educación, a quienes acusan de haberles "acusado sin pruebas".

Por otra parte, la portavoz de la organización "Manos fuera de las escuelas de Birmingham", Salma Yaqoob, madre de niños en edad escolar, dijo que las alegaciones se han hecho "en un clima de histeria política y de los medios de comunicación".

El asunto del supuesto complot islámico para radicalizar escuelas en Birmingham ha causado además divisiones en el Ejecutivo británico, en el que el ministro de Educación, Michael Gove, y la titular del Interior, Theresa May, se han acusado mutuamente de no haber hecho lo suficiente para atajar el extremismo.