Bruselas
La UE se alía con Turquía para contener la ola de refugiados
La Comisión Europea ofrecerá 3.000 millones de euros a Ankara para acoger a los desplazados sirios y reforzar sus fronteras.
La Comisión Europea proporcionará más fondos a Ankara para acoger a los desplazados sirios y reforzar sus fronteras.
Los Veintiocho se reunieron ayer en Bruselas con una propuesta sobre la mesa para gestionar mejor la crisis de refugiados. La Comisión Europea volvió a presentar una fórmula, liderada por el vicepresidente primero, Frans Timmermans, después de haber sacado los colores a todos los países cuando dicen que quieren atajar la crisis de los refugiados y no avalan sus mensajes con presupuestos. Ha vuelto a pedir dinero. Esta vez para Turquía, a cambio de que gestione a los refugiados y refuerce sus fronteras.
La propuesta gustó y cerraron el marco concreto para implementarla, pero no hubo consenso sobre la cuantía global que se dedicará. «Hemos negociado con el presidente de Turquía y tenemos un plan de acción concreto. Con dos objetivos, que los refugiados los pueda gestionar Turquía y que no viajen a la UE... y ligado a la liberalización de los visados para los turcos. El Consejo está de acuerdo, aunque nos queda pendiente negociar la cuantía en los próximos días», explicó Juncker tras finalizar el Consejo.
La propuesta tiene dos ejes. Por un lado, aumentar hasta los 3.000 millones de euros la ayuda a Ankara –algo que aún no han aprobado los líderes–, de forma que tenga recursos suficientes para poder gestionar ella misma a los refugiados. Supondría triplicar los recursos que acordaron el conjunto de países en la cumbre de finales de septiembre para ayudar a Turquía y evitar que el flujo de inmigrantes llegue a la UE, una cifra que la canciller alemana consideró ayer justa.
Hablar de más dinero cuando aún no se ha recogido el comprometido en la cumbre del mes pasado suena a papel mojado. Los países firmaron una aportación de 2.800 millones de euros a diversos fondos, de los que apenas se han recogido 292 millones, según las cifras de la Comisión Europea. En cuanto al refuerzo de Frontex, para el que se pidieron 775 expertos nacionales, apenas se ha completado hasta ahora el 5% de las plazas. La cumbre de ayer volvió a ratificar estas cantidades.
Por otro lado, el segundo eje recoge la necesidad de agilizar la liberalización de los visados para los ciudadanos turcos. Fuentes europeas reconocían que algunas delegaciones, como la francesa o la checa, habían planteado reservas, pero Juncker aseguró al finalizar la cumbre que hubo consenso para acelerar el proceso siempre que no «se aleje de los principios básicos».
Además de Turquía, los líderes europeos pidieron mayores esfuerzos para apoyar «el desarrollo económico de Africa». Una vez más, ninguna cifra en el papel. Actualmente el Fondo para Africa está dotado de 9 millones, gracias a la aportación a partes iguales de tres países, entre ellos España. No obstante, la Comisión pidió en su momento un presupuesto de 1.800 millones para dicho fondo, lo que deja en un nivel ridículo el saldo actual.
Asimismo, pidieron «medidas concretas» para aprobar en la próxima cumbre que se celebrará sobre inmigración en La Valeta, y trabajar para ver cómo fomentar la migración legal, así como «ofrecer perspectivas duraderas para los refugiados y sus familias, incluso mediante el acceso a la educación y el empleo, hasta que sea posible el regreso a su país de origen». Por otro lado, los Veintiocho se comprometieron a reforzar las fronteras exteriores, a hacer un «uso completo» del mandato de Frontex. e implementar con firmeza las políticas de retorno.
Donde no hubo consenso fue en implementar un sistema de asilo permanente para toda la UE. Así lo reconoció la canciller alemana en rueda de prensa. Al respecto, Mariano Rajoy pidió a sus colegas europeos que no se duerman en las negociaciones para conseguir unas políticas comunes de asilo e inmigración, aunque presentó ciertas reservas para fijar un sistema permanente.
Mientras los Veintiocho negocian en Bruselas, las tragedias se repiten en las aguas del Mediterráneo. Al menos siete personas murieron y una permanece desaparecida tras chocar una embarcación de la Guardia Costera griega con un bote de madera en el que viajaban 39 refugiados, hacia la isla de Lesbos, entre ellos había cuatro menores.
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