Oriente Medio

Cuarto día de protestas en Irak que han dejado cerca de medio centenar de muertos.

Las autoridades solicitan a las fuerzas de seguridad el empleo de la mano dura contra los manifestantes

Manifestaciones contra el gobierno en Irak/AP
Manifestaciones contra el gobierno en Irak/APlarazon

Las autoridades solicitan a las fuerzas de seguridad el empleo de la mano dura contra los manifestantes

Cansados de la corrupción, la falta de oportunidades laborales y la inseguridad, miles de iraquíes, principalmente los jóvenes, han salido a las calles por cuarto día consecutivo para exigir los cambios prometidos por el nuevo gobierno del primer ministro Adel Abdul Mahdi, que lleva un año en el poder.

Tras la oración del viernes, miles de iraquíes desafiaron el toque de queda y marcharon desde la céntrica plaza de Tayaran, y recorrieron el Teatro Nacional, el barrio de Al Amel y Bagdad al Gadid, pidiendo la dimisión del ejecutivo.

Bajo el eslogan “ni políticos ni religiosos”, las protestas de carácter popular han sido convocadas a través de las redes sociales y no están organizadas por ningún grupo político, ni facción religiosa.

Las violentas protestas se han cobrado, según los últimos datos actualizados, 44 muertos y más de 1500 heridos en todo el país.

Las autoridades iraquíes en una medida desesperada para que no se descontrole la situación pidieron a las fuerzas de seguridad aplicar la mano dura contra los manifestantes para que no se descontrolase la situación y han cortado las comunicaciones así como bloqueado los servicios de internet y cerrado la frontera con Irán.

Se trata del mayor desafío de la seguridad después desde la derrota del EI. Las protestas comenzaron violentamente el martes en Bagdad y se extendieron a las provincias de Di Qar, Nayaf y Maysan, obligando al gobierno a imponer la prohibición de circular libremente por las calles. Las manifestaciones se volvieron violentas en Bagdad y hubo enfrentamientos con la policía con cuchillos y cócteles molotov lo que llevó al Ejército a declarar el estado de "máxima alerta".

El jueves además, se escucharon explosiones en la Antes del amanecer se escucharon explosiones dentro de la Zona Verde, un área fuertemente protegida de la capital, que alberga oficinas gubernamentales y embajadas extranjeras.

Las protestas se propagaron a otras provincias iraquíes donde cientos de manifestantes atacaron e incendiaron varios edificios de gobiernos provinciales y oficinas de los principales partidos políticos.

El jueves por la noche la oficina del primer ministro llamó a "moderación"a las fuerzas de seguridad y prometió abrir una investigación para esclarecer el uso de la fuerza que se ha cobrado cerca de medio centenar de muertos, entre ellos un menor.

Irak atraviesa profundos problemas económicos que se han acrecentado después de la guerra contra el Estado Islámico que dejó medio país en ruinas. Los jóvenes cansados de vivir en un país sin oportunidades laborales y con deficientes servicios como la falta de electricidad y agua potable han decidido alzar la voz y decirle al gobierno: ¡basta ya!.

Pese a tener la cuarta mayor reserva mundial de petróleo, la gran parte de los 40 millones de iraquíes viven en la pobreza y sin acceso a servicios básicos. La batalla contra el grupo extremista Estado Islámico ha afectado seriamente las infraestructuras del país, que ya arrastra décadas de destrucción por una guerra civil sectaria, ocupación extranjera, dos invasiones de Estados Unidos, sanciones de la ONU y la guerra contra sus vecinos.

Además, las protestas amenazan con interrumpir la tradicional peregrinación chiita de Arbaeen, cuando se esperan que unos 20 millones de fieles viajen a pie durante días a Irak. A raíz de la violencia, uno de los principales cruces fronterizos entre Irán e Irak utilizado por los peregrinos fue cerrado y las autoridades iraníes recomendaron a los fieles esperar a que la "paz"retorne a las ciudades iraquíes.