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Al Qaeda golpea África en pleno pulso con el EI
Un comando terrorista asalta un hotel de Burkina Faso frecuentado por occidentales y deja 27 muertos de 18 nacionalidades
Un comando terrorista asalta un hotel de Burkina Faso frecuentado por occidentales y deja 27 muertos de 18 nacionalidades
Al Qaeda del Magreb Islámico (AQMI) se atribuyó el sangriento atentado iniciado en la madrugada de ayer contra un hotel y un restaurante en Uagadugú, la capital de Burkina Faso. El asalto, perpetrado con un coche bomba, se prolongó durante horas después de que los terroristas irrumpieran en el hotel Splendid y tomaran como rehenes a más de un centenar de huéspedes, la mayoría extranjeros. El ataque, que tuvo también como escenario el restaurante Cappuccino, situado en una de las zonas comerciales de la ciudad, se saldó con 27 fallecidos –de 18 nacionalidades diferentes– y 56 personas heridas. La operación de las Fuerzas de Seguridad locales, que contaron con asistencia de la Gendarmería francesa, acabó con la muerte de tres de los atacantes y la liberación de 123 rehenes. El éxito de la intervención se vio dificultado por los explosivos que los terroristas habían colocado en los pisos bajos del hotel, que incendiaron alrededor de una decena de vehículos. En el hotel Splendid se alojan habitualmente empleados de Naciones Unidas y los soldados franceses que participan en la «operación Barkhane», creada para combatir el terrorismo yihadista en el Sahel. Yannick Swadogo, uno de los supervivientes entrevistados por la Agencia France Press, describía con horror el episodio vivido por los huéspedes del hotel: «Había sangre por todas partes. Estuvieron paseándose entre la gente y disparando a aquellos que no estaban muertos». Entre los supervivientes, se encontraba el ministro de trabajo burkinés, Clement Sawadogo.
El presidente del país africano, Roch Marc Christian Kaboré, que asumió el cargo el pasado diciembre, reveló en una intervención en la radio pública que dos de los tres atacantes abatidos en el Splendid eran mujeres, aunque el embajador francés lo desmintió poco después. Kaboré informó además de que un cuarto extremista murió abatido por las Fuerzas de Seguridad en el cercano hotel Yibi. Ayer por la tarde, las autoridades instaron a los ciudadanos a permanecer en sus casas por temor a la existencia de más cómplices. «La situación está bajo control en general, pero es posible que haya algún infiltrado en alguna parte», puntualizó el primer ministro, Paul Kaba Thiéba, tras finalizar la reunión de urgencia que mantuvo con el resto del Ejecutivo. A través de su página web, la Embajada francesa advirtió a sus ciudadanos en el país de que un «ataque terrorista» estaba en curso. El presidente galo, François Hollande, criticó el «odioso y cobarde ataque» y su primer ministro, Manuel Valls, recordó que la tragedia de Uagadugú afecta a toda la comunidad internacional.
En un mensaje difundido por la agencia de noticias mauritana Al Ajbar, que mantiene comunicaciones regulares con los grupos yihadistas de la zona, AQMI reivindicó la acción. En otro comunicado, los extremistas aseguraron que el objetivo del asalto era «castigar a los cristianos por sus crímenes contra nuestro pueblo en República Centroafricana, en Mali y en otras tierras musulmanas» y revelaron que los ejecutores eran combatientes de Al Murabitún, milicia que retornó recientemente al paraguas de la matriz. La alianza constituye, según los expertos, una prueba de la determinación de Al Qaeda de reforzar su papel en la zona, ante la lenta infiltración del EI.
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