Italia

Del choque institucional al fervor patriótico

La Razón
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Los sentimientos han sufrido tantos vuelcos a lo largo de esta semana que los italianos no se dieron cuenta de que la política cambia pero las fechas permanecen. El 2 de junio lleva siendo el día de la República italiana desde que en 1946 así lo decidieron en referéndum quienes votaron frente a un sistema monárquico. Y es en esta jornada cuando el presidente de dicha institución, Sergio Mattarella en este caso, se permite un homenaje desde un descapotable de época desfilando por el Coliseo y los Foros Imperiales.

Cabreados como estaban el pasado lunes, desde el Movimiento 5 Estrellas convocaron manifestaciones contra Mattarella para este sábado. Después vieron en el calendario que caía en este día tan señalado y añadieron un punto de folclore a su convocatoria, al pedir a los italianos que colgaran banderas nacionales en los balcones para defender la voluntad del pueblo frente a las instituciones.

Pero resulta que lo que era rabia el lunes se convirtió en fidelidad el viernes, cuando el primer ministro, Giuseppe Conte, firmó su cargo. Así que el líder del M5E, Luigi Di Maio, se sumó a la manifestación de este sábado, pero a la oficial, a la de los ministros que desde una tribuna estrechan la mano al jefe del Estado. También lo hizo el líder de la Liga, Matteo Salvini, quien disfrutó de himno, desfile militar y enseña tricolor antes de manifestar que hoy visitaría Sicilia, para dejar claro que ésa es la «frontera» del país.

Quienes pensaban acudir a la manifestación contra el presidente, ya por la tarde, se lo tuvieron que pensar dos veces. Al final comprobaron que era día festivo y qué mejor que convertir la protesta en celebración por la llegada de su partido al poder. Acudieron varios cientos, tanto mejor.

Paralelamente, Silvio Berlusconi, líder de Forza Italia, socio coaligado con la Liga en las pasadas elecciones, criticó en un vídeo que estas dos formaciones hayan impulsado un Gobierno «inédito y contradictorio», que se ha unido «bajo el estandarte del populismo».