Política

Secuestro en Nigeria

«Drones» americanos para localizar a las niñas secuestradas

La Razón
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El secuestro de las 276 adolescentes nigerianas ha tomado por fin relevancia mundial y la comunidad internacional ha reaccionado a la petición de ayuda del presidente de Nigeria, Goodluck Jonathan, pese a que éste estuvo más de dos semanas sin referirse a la cuestión. Con la captura de las menores de su internado en Chibok, en el Estado de Borno, los yihadistas de Boko Haram han dejado constancia de los pocos medios con los que cuenta Nigeria para hacer frente a un terrorismo que, lejos de remitir, aumenta. EE UU, Canadá, Reino Unido, Francia y China se han mostrado comprometidos a apoyar al país africano. De hecho, Washington ya ha enviado a un equipo a Nigeria y se habla del uso de «drones» para buscar a los islamistas radicales. También viajará a Nigeria un delegado de la ONU para tratar con las autoridades la mejor manera de apoyar los esfuerzos que hace el Gobierno para liberarlas. Incluso ayer, la fiscal general de la Corte Penal Internacional (CPI), Fatou Bensouda, urgió a que los responsables de los secuestros de niñas sean localizados y llevados ante los tribunales. «No debe quedar una sola piedra sin mover hasta llevar a los responsables de estos actos atroces ante la Justicia, ya sea en Nigeria o ante la CPI».

Desde Abuya, el experto en Boko Haram Atta Barkindo asegura a LA RAZÓN que «Nigeria, en este punto, puede que sea capaz de capturar al líder de la milicia radical. Pero debe primar la seguridad de las niñas». Barkindo, recuerda que un asalto militar podría ponerlas en peligro. «El país necesita cautela y respaldo internacional». En esta misma línea y ante las muestras de solidaridad internacional, el presidente Jonhattan declaró ayer, según recoge «The Premiun Times», que cree «que el secuestros de las chicas será el principio y el final del terrorismo en Nigeria». Sin embargo, son muchos los escépticos que dudan de que EE UU se pueda implicar directamente sobre el terreno debido a «restricciones domésticas e internacionales», como detalla Mark Schroeder de Stratfor. Además, la inmensa zona boscosa de más de 59.570 metros cuadrados, donde están escondidas las niñas, es demasiado complicada y desconocida como para actuar de manera inmediata.