Estados Unidos
El atasco político de Christie
Sólo comenzó a sonreír dos horas después de estar respondiendo a los periodistas. Chris Christie intentó ayer dar una explicación al escándalo del puente George Washington, el más transitado de Estados Unidos, que une Nueva York con Nueva Jersey, un caso que ya ha sido bautizado como el «Bridgegate». Sus asesores sabían que ayer era el día más importante en la carrera política del gobernador republicano de Nueva Jersey, la gran promesa del partido conservador, conocido por sus bromas y su lenguaje claro y directo.
La sala en la que compareció estaba llena y es que el escandaloso atasco del pasado septiembre en este puente en el que se obstaculizó el tráfico durante horas copa los informativos. Fue el miércoles cuando se conoció una información que apuntaba a que dicho caos fue provocado por un miembro del equipo de Christie. La segunda jefa de personal de su gabinete, Bridget Anne Kelly, había pedido al ex director de la Autoridad Portuaria de Nueva York y Nueva Jersey, David Wildstein, compañero del instituto de Christie, que provocase un atasco en el puente. «Hora de que haya algunos problemas de tráfico en Fort Lee», le ordenó ella. Wildstein cerró dos de los tres accesos del pueblo de Fort Lee (Nueva Jersey) y así se lo transmitió a Kelly en un e-mail. «Hecho», respondió él. Dicha orden se dio, precisamente, pocas semanas antes de las elecciones del pasado noviembre a gobernador de Nueva Jersey. Eran las segundas de Christie, que ganó con una amplia ventaja. Al parecer, la iniciativa de colapsar el puente fue la venganza de Kelly la cual fue despedida ayer, contra el alcalde demócrata de Fort Lee Mark Sokolich por no apoyar a Christie en los comicios. «Pido perdón a Nueva Jersey, Fort Lee y los políticos de Nueva Jersey. Estoy avergonzado y humillado por la conducta de algunos miembros de mi equipo», reconoció Christie durante la rueda de Prensa.
A lo que no respondió fue a si había habido algún tipo de venganza contra el alcalde demócrata por no ofrecerle su apoyo. Se limitó a decir que no le conocía. Sin duda, ayer fue un buen día para los enemigos de Christie, quien va empatado en las encuestas en intención de voto con Hillary Clinton en el supuesto caso de que se presentasen a la Casa Blanca en 2016. Mientras, en sus propias filas, los más conservadores quieren deshacerse de él porque consideran que no encaja con los principios del partido.
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