Siria
El avance de los rebeldes
Rusia, aliada de Siria, admite por primera vez que el régimen de Asad está perdiendo el control
El régimen sirio sufrió ayer el peor golpe de moral desde que comenzó hace 21 meses el levantamiento popular para derrocar a Bachar al Asad. Por primera vez Rusia, principal aliada internacional de Damasco, admitió que el sátrapa sirio está perdiendo su poder y que los rebeldes sirios podrían ganar la cruenta guerra civil que asola al país.
Las declaraciones fueron hechas por el viceministro ruso de Asuntos Exteriores, Mijail Bogdanov, que advirtió de que «no se puede descartar una victoria de la oposición, desafortunadamente, pero es necesario examinar los hechos: existe la tendencia de que el Gobierno pierda progresivamente el control de una parte creciente de su territorio».
No obstante, Moscú va a insistir para que se aplique el comunicado de Ginebra y «se halle una solución pacífica al conflicto», subrayó Bogdanov. Tras pronunciar estas palabras en una audiencia pública en el Kremlin, el jefe de la diplomacia rusa anunció que Moscú se prepara para evacuar a miles de sus ciudadanos de Siria.
Esta decisión coincide con uno de los atentados más graves que ha vivido Damasco en estos cerca de dos años de guerra civil, que se ha cobrado más de 40.000 vidas. Según la agencia estatal de noticias, Sana, al menos 16 personas murieron, la mitad de ellos mujeres y niños, en un atentado con coche bomba cerca de una escuela en el suburbio damasceno de Qatana. En otro atentado separado murieron al menos ocho personas en los suburbios de Jdaidet Artuz, uno de los barrios suníes más pobres a las afueras de Damasco. Los atentados de ayer siguieron a otra jornada sangrienta en la capital siria, donde estallaron varios artefactos explosivos en sedes gubernamentales, dejando varios muertos y decenas de heridos. Cuatro bombas estallaron durante la noche del miércoles en el Ministerio del Interior y mataron a nueve soldados del régimen, según fuentes opositoras.
Reconocimiento internacional
La ola de atentados que sacude Damasco se produce en un momento en el que la comunidad internacional ha respaldado a la nueva Coalición Nacional Siria como representante legítimo del pueblo sirio. Los rebeldes han capturado extensas zonas en el norte del país y al parecer han extendido su control hasta las afueras de Damasco, colocando la guerra civil a las puertas del mayor reducto que tiene el mandatario. Los opositores que luchan contra las fuerzas del régimen de Asad recibieron con entusiasmo las declaraciones del viceministro de Asuntos Exteriores ruso sobre el debilitamiento del régimen sirio. Pero parece que el hecho de que el Gobierno de Damasco empiece a tambalearse no ha dado tregua a la guerra.
Las fuerzas del régimen están utilizando misiles «Scud» contra las poblaciones rebeldes que provocan quemaduras graves a los civiles. Tanto Estados Unidos como la ONG Human Rights Watch han denunciado el uso de estas bombas incendiarias que no tienen justificación. Especialistas en la región de Oriente Medio opinan que esta nueva táctica de lanzar este tipo de misiles rusos por parte de las fuerzas gubernamentales es «un signo evidente» del debilitamiento del régimen sirio.
El Ejército Libre de Siria (ELS), por su parte, anunció que la gran batalla por el control de Damasco «está a punto de comenzar» y que el uso de misiles «forma parte de la guerra psicológica» que libra el régimen del presidente Asad contra los rebeldes.
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