El dique de contención de los ultras

–¿La derrota de Nicolas Sarkozy significa el final de su vida política?

–Sí. No ha conseguido la nominación de su propio partido, no tiene adónde ir. Abandonará el liderazgo de la formación y también la política. Ha sido muy humillante, un rechazo contra sus ideas y su persona. La derecha le ve como un problema: divide, polariza... además, algunas alegaciones sobre corrupción planean sobre él.

–¿Quién es el mejor candidato del partido para enfrentarse a Le Pen?

–Fillon es visto como moderado, aunque sus ideas políticas no lo sean: es muy liberal y mantiene una línea dura en temas como el islam. Está a la derecha de Juppé, que es, en cierto modo, el candidato más centrista y el que podría ganar más ampliamente en una segunda vuelta con Le Pen. Pero Juppé será derrotado la semana que viene. Ganará Fillon, porque los franceses quieren ver caras nuevas en política. Vencerá también a Le Pen, pero la preguntá está en por cuánto: ¿cuán de cerca está Le Pen, una política de extrema derecha, de convertirse en presidenta?

–¿Empeorarán la investigación abierta contra François Hollande sus posibilidades y las de los socialistas?

–No creo que la investigación sobre su posible revelación de secretos a los autores de «Un presidente no debería decir eso» le afecte, porque Hollande ya está de por sí en una mala situación. No se sabe todavía si se presentará, pero, si lo hace, acabará como Sarkozy. Y, aun sin él, su partido lo va a tener difícil: ninguna otra figura socialista, como Manuel Valls por ejemplo, supera a Le Pen en las encuestas, así que, hoy en día, pronosticaría que tienen pocas posibilidades de pasar a la segunda vuelta de las elecciones.

*Profesor de Política Europea y Francesa en la University College London