Represión en Venezuela
El Ejército dispersa a la oposición en Caracas en un día marcado por la huelga
Miembros de la Guardia Nacional Bolivariana de Venezuela comenzaron hoy a dispersar las protestas opositoras en varias zonas de Caracas
Con un amplio seguimiento desde las primeras horas del día, ayer comenzó la llamada «hora cero» en Venezuela con una jornada de huelga general en todo el país. La iniciativa forma parte de una intensificación de las protestas opositoras que han dejado más de un centenar de muertos desde el pasado 1 de abril. LA RAZÓN estuvo recorriendo la zona de Altamira y las Mercedes, en Caracas, comprobando que las calles se quedaron vacías y libres de vehículos.
Animada por los 7,6 millones de votos del plebiscito simbólico que realizó el domingo contra el presidente Nicolás Maduro y su Asamblea Constituyente, la oposición dijo que la jornada de huelga fue un éxito a pesar de las trabas que puso el Gobierno. «La gente que sí trabaja decidió pararse en protesta contra el Gobierno y el fraude Constituyente», destacó el líder opositor Henrique Capriles.
Marcela Máspero, coordinadora de la Unión de Trabajadores de Venezuela (UNETE), una de las principales centrales obreras del país, sostuvo que muchos empleados «están sometidos a presiones», pero aun así apoyaron el paro colectivo.
En la Plaza de Venezuela, varios jóvenes con el rostro tapado alzaron barricadas y paralizaron el paso prácticamente a cualquier vehículo. Algunos portaban escudos de madera y blandían estacas. «Estamos de acuerdo con el paro pero lo que los jóvenes queremos es marchas, pelear en las calles. No les podemos dar tregua», aseguró un chico de unos 15 años sin camisa.
El «paro cívico» se notó sobre todo en el centro y en el este de Caracas, donde priman los simpatizantes opositores. Aquí, uno de cada nueve comercios cerraron y la MUD –la coalición opositora–pedió al Gobierno que no descuente esta jornada del salario de los trabajadores que decidieron secundar la huelga.
«He secundado el paro cívico. Quiero que Maduro renuncie de una vez por todas. Yo no estoy aquí ni por la Mesa de la Unidad opositora ni representando a ningún partido político. Lo apoyo porque todos los días vivimos represión, desesperación e inseguridad», dijo Michelle Moreno, comerciante de 33 años, mientras participaba en las protestas, en declaraciones recogidas por la agencia Ep.
La jornada dejó un muerto y decenas de heridos. El fallecido, Ronney Tejera, de 24 años, fue asesinado por disparos dirigidos contra una concentración en una barricada Los Teques, capital del estado Miranda. Además, al menos 82 personas fueron detenidas en diversos puntos del país. La Guardia Nacional Bolivariana (GNB) disparó gases lacrimógenos para dispersar a quienes cortaban vías en la urbanización Horizonte, en Caracas. Efectivos militares reprimieron a la gente que buscaba cortar una vía en el marco del paro cívico. Los habitantes respondieron a los funcionarios golpeando cacerolas.
La huelga fue apoyada por la cúpula empresarial, las cámaras de comercio e industria, parte de los sindicatos, estudiantes y transportistas. No se sumó a la convocatoria la estratégica industria petrolera –controlada por el Gobierno– y el sector público, con casi tres millones de empleados.
Rescatar la dignidad
No todos los ciudadanos del este de la capital han secundado el paro, a pesar del corte de las calles que ha imposibilitado el paso de los vehículos. «Yo no he parado. Si aquí en el este se secunda el paro es porque hay miedo a abrir, y si en el oeste (de prevalencia gubernamental) no se secunda, es porque hay miedo a cerrar. Yo no estoy de acuerdo con esta estrategia de la oposición porque creo que no es democrática», indicó el consultor Gustavo Fierro.
El paro de 24 horas tuvo un seguimiento desigual en el interior de Venezuela, donde algunos comercios permanecían ayer cerrados y las calles desiertas, según informaron diputados de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD). En el occidental estado de Zulia, el segundo en importancia del país, la gente respondió al llamamiento de la oposición «de forma voluntaria, pacífica y ordenada», señaló el legislador opositor Wilmer Barrientos en sus redes sociales. De igual forma se acató la convocatoria en el estado de Mérida, también en el oeste de Venezuela, donde los opositores cortaron vías para «rescatar» la «dignidad nacional», según dijo el diputado opositor Williams Dávila.
El ex ministro de trabajo y candidato a la Asamblea Constituyente, Francisco Torrealba, dijo que la clase obrera no se sumó al paro cívico: «El día está transcurriendo con normalidad, excepto en algunos sectores del este de la ciudad, porque algunos mercenarios colocan obstáculos para que la gente no se pueda desplazar».
El paro general es uno de los muchos frentes abiertos por la oposición antichavista. El otro se juega en la Asamblea Nacional, que hoy se dispone a designar a los nuevos magistrados del Tribunal Supremo de Justicia, dentro del desafío opositor para renovar las instituciones que han sido cooptadas por el chavismo en los últimos años, como sucede también con el Consejo Electoral. Diosdado Cabello, número dos del chavista, advirtió ayer que los jueces elegidos por la oposición serán perseguidos por desestabilización.
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