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Los sobornos de Odebrecht salpican a Juan Manuel Santos

La constructora brasileña pagó 738 millones en doce países para conseguir obras públicas

Fotografía cedida por la presidencia de Colombia del presidente de Colombia Juan Manuel Santos inspeccionando los nuevos equipos entregados a la Policía de Bogotá hoy, martes 7 de febrero de 2017, en Bogotá (Colombia)
Fotografía cedida por la presidencia de Colombia del presidente de Colombia Juan Manuel Santos inspeccionando los nuevos equipos entregados a la Policía de Bogotá hoy, martes 7 de febrero de 2017, en Bogotá (Colombia)larazon

Un monstruo de ladrillo llamado Odebrecht, que nació en Brasil, pero que expande sus tentáculos por toda América Latina comprando Gobiernos tanto de la izquierda como de la derecha, ha puesto en alerta a políticos de toda la región.

Un monstruo de ladrillo llamado Odebrecht, que nació en Brasil, pero que expande sus tentáculos por toda América Latina comprando Gobiernos tanto de la izquierda como de la derecha, ha puesto en alerta a políticos de toda la región. El último escándalo salpica al Gobierno del presidente –y premio Nobel de la Paz– Juan Manuel Santos por el supuesto ingreso de un millón de dólares en su campaña para la reelección en 2014, según anunció el fiscal general, Néstor Humberto Martínez. La revelación cayó como una bomba en la política colombiana y motivó una respuesta inmediata de la Casa de Nariño, sede del Ejecutivo, que acusó a la oposición uribista de estar detrás de las acusaciones.

La denuncia ha salido en la antesala de las elecciones de 2018 y se suma al escándalo político que involucra a la campaña del ex candidato opositor derechista Óscar Iván Zuluaga, quien perdió los comicios frente a Santos. La campaña de Zuluaga ha sido acusada de recibir también el apoyo financiero de Odebrecht.

La Fiscalía General dijo que, de acuerdo con las investigaciones preliminares, el ex congresista Otto Bula recibió 4,6 millones de dólares para adjudicar la construcción de una carretera a la firma brasileña y que el político, actualmente detenido, realizó dos giros por un total de un millón de dólares que, al parecer, ingresaron en la campaña de Santos.

Sin embargo, el ex gerente de la campaña aseguró que no recibieron fondos ni donaciones de particulares porque los gastos se pagaron con los recursos suministrados por el Estado para financiar a los partidos políticos. Por su parte, el secretario de Transparencia de la Presidencia, Camilo Enciso, negó el ingreso de dinero ilegal en la campaña de Santos y acusó a la oposición política liderada por el ex presidente Álvaro Uribe de gestar la acusación para desviar la atención de la investigación que enfrenta su ex candidato Zuluaga.

Esta revelación y otras que han salpicado a otros políticos en varios países latinoamericanos proceden de un informe publicado el pasado 21 de diciembre por el Departamento de Justicia de Estados Unidos, donde alertaba sobre los tentáculos de la corrupción promovida por Odebrecht en diversos países de la región, como Colombia, donde la firma brasileña pagó sobornos de más de once millones de dólares entre 2009 y 2014.

La constructora se declaró culpable en diciembre en una corte de Estados Unidos por violar normas contra sobornos, como resultado de una investigación en Brasil sobre una extensa red de corrupción entre 2001 y 2016, mediante la cual se pagaron unos 738 millones de euros a partidos políticos, funcionarios extranjeros y sus representantes en varios países de América Latina.

El escándalo tiene múltiples ramificaciones. Por ejemplo, en Argentina, «entre 2007 y 2014, Odebrecht hizo e impulsó más de 35 de millones de dólares en pagos de sobornos a intermediarios, con el conocimiento de que esos pagos se harían, en parte, a funcionarios del Gobierno kirchnerista», señala el documento que provocó el escándalo. En Perú, el ex presidente Alejandro Toledo (2001-2006) está siendo investigado por recibir un presunto soborno de 20 millones en la adjudicación de las obras para construir una carretera para unir el país con Brasil. Un fiscal ha solicitado la detención previa del ex dirigente, que se encuentra en el extranjero y quien ya ha negado esta acusación.

Los sobornos de Odebrecht para obtener contratos en relación con «más de cien proyectos» se pagaron en Argentina, Colombia, México, Panamá, Venezuela, Perú, Guatemala, Ecuador, República Dominicana y en el propio Brasil, añade. También aparecen en la lista contratos firmados en países africanos como Angola y Mozambique. «Odebrecht y Braskem usaban una unidad de negocios secreta, pero completamente operativa de Odebrecht, un departamento de sobornos, por llamarlo así», dijo Sung Hee Suh, de la División Criminal del Departamento de Justicia de EE UU.

Odebrecht y Braskem anunciaron que asumirían el compromiso de pagar por sus delitos una multa global de unos 3.500 millones de dólares a los gobiernos de Brasil, Estados Unidos y Suiza, para reparar los daños causados por los actos de corrupción.