Argentina
El «fantasma» de Nisman persigue a Cristina
Alberto Nisman, de 51 años y padre de dos hijas, asumió en 2005 la investigación del caso AMIA por orden directa del entonces presidente Néstor Kirchner. En 2008, Nisman pidió la detención del ex presidente Carlos Menem y del ex juez Juan José Galeano. Eran tiempos en los que el fiscal mantenía una buena sintonía con los Kirchner. Según un cable de Wikileaks, el fiscal buscó de esta manera «congraciarse con la presidenta Cristina Fernández mediante la persecución de sus enemigos políticos». Las cosas empezaron a cambiar cuando el Gobierno argentino firmó en 2013 un memorándum con Irán para avanzar en la investigación del atentado antisemita. Nisman, que había acusado previamente a cinco iraníes y un libanés, entendió que la presidenta planteó intercambios comerciales con Irán a cambio de garantizar impunidad para los supuestos autores del atentado de AMIA en 1994. Unos días antes de morir, Nisman lanzó esta acusación a los cuatro vientos poniendo al Gobierno contra las cuerdas. Tenía una denuncia basada en 300 folios, los mismos que han servido ahora al fiscal Gerardo Pollicita para imputar a Fernández de Kirchner.
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