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El FBI tiene imágenes claras de dos sospechosos de los atentados de Boston
Los investigadores de los dos atentados cometidos en la maratón de Boston (EE.UU.), que causaron tres muertos, tienen imágenes «claras» de vídeo de dos sospechosos de los atentados.
Las autoridades estadounidenses tienen imágenes claras de dos sospechosos distintos que llevaban mochilas negras cerca de la línea de meta del maratón de Boston minutos antes de las dos explosiones que acabaron el lunes con la vida de tres personas y dejaron más de 170 heridos, ha informado en su edición digital el diario 'Boston Globe'.
Una fuente conocedora de la investigaciónha ha explicado al diario estadounidense que las autoridades tienen previsto difundir esas imágenes este jueves para pedir la colaboración de los ciudadanos para conseguir identificar a los dos individuos.
La fuente ha indicado que las dos personas aparecen en vídeos distintos, cada uno de ellos en una de las dos zonas en las que explotaron los artefactos, separadas por una manzana de edificios.
Además, ha explicado que las mejores imágenes proceden de una cámara de vigilancia situada en la misma acera de las explosiones en la calle Boylston y que las imágenes de la cámara de la tienda Lord and Taylor y las de teléfonos móviles de ciudadanos no son tan claras como las de esa cámara.
La conmoción aún sigue marcando la vida de la ciudad de Boston. La brutalidad de la tragedia dificulta que los ciudadanos puedan olvidar el trágico atentado que acabó con una tranquila jornada deportiva. Pese a que el perímetro de seguridad marcado por los investigadores ayer se redujo, la intensidad de los trabajos para esclarecer el atentado va en aumento y las pesquisas aumentaron. La Policía analiza a fondo todas las imágenes que las cámaras de seguridad grabaron las horas anteriores y posteriores a las explosiones. Gracias a estas grabaciones, pudieron identificar a los sospechosos de haber colocado una de las bombas. La identificación se basó en el análisis realizado en dos cintas diferentes de vídeo. Las imágenes mostrarían a un individuo que acababa de dejar una mochila de nylon negro en el lugar donde creen que se habían colocado las bombas.
Este hallazgo se habría hecho a partir de las grabaciones y fotografías recopiladas de las cámaras de seguridad de los negocios cercanos a la línea de meta, teléfonos de espectadores y cámaras de televisión que filmaban la carrera.
El propio presidente, Barack Obama, reconoció el lunes y el martes que «no sabemos quién o quiénes han sido». Ayer por la tarde, las autoridades de Boston habían convocado una rueda de prensa en la que prometían dar informaciones sobre un «significante progreso», pero no quisieron adelantar ningún detalle del mismo ante la insistencia de los periodistas enviados a Boston. Al cierre de esta edición, aún no se conocían los datos. De esta forma, todavía no se había especificado quién era el hombre identificado. Tampoco se había ofrecido ningún nombre. Además de la identificación de este sospechoso, los agentes mantienen abierta la línea de la olla a presión que habría servido como arma explosiva, y que contenía clavos, bolas de metal y explosivos. Hecho con la intención de ser lo más mortal posible tras la detonación. Expertos en seguridad han indicado durante estos días que este tipo de utensilios de cocina se suelen utilizar para frabricar bombas en regiones como Irak, Afganistán o Pakistán. Los especialistas han apuntado a que las empleadas en el maratón podían haber sido detonadas a través de un teléfono móvil por un terrorista nacional, pero tampoco quisieron descartar la posibilidad de que detrás de este atentado estuviese una organización internacional. Esta cautela conduce a pensar que los responsables podrían estar fuera del radar de las agencias de seguridad de Estados Unidos o que mantienen una extremada cautela hasta estrechar el cerco sobre ellos. De momento, se sabe que la técnica utilizada para fabricar estos artefactos se detalló en un artículo de 2010 en la revista digital, Inspire, publicada por la red terrorista Al Qaeda. Fue la empleada en el intento de ataque en Times Square en 2010 y en Pakistán a principios de año.
Por otra parte, de los 176 heridos en el atentado, 70 permanecían en hospitales, 24 de ellos en situación crítica, les queda un largo camino antes de llegar a la meta de la recuperación, física y psicológica. Los médicos han reconocido el gran número de amputaciones que se han visto obligados a realizar y la cantidad de clavos alojados en los cuerpos de las víctimas. Pero, como si quisieran desafiar al autor o autores del acto terrorista, muchos bostonianos corrían ayer por el Parque Boston Common y las calles adyacentes al lugar de la explosión mirando al frente. En la calle Newbury, cerca del escenario de la tragedia, se podía leer: «Boston es fuerte. Somos fuertes», aunque se respiraba una atmósfera de tristeza. Eduardo Rosales, de 38 años, dijo que había ido a reflexionar sobre lo que había pasado. «No pienso dejar de correr maratones. Tampoco voy a dejar de venir a Boston por esto».
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