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El final de la campaña del miedo
Amenazas e intimidaciones han marcado el discurso del chavismo en los últimos días
Ambos candidatos protagonizaron multitudinarios cierres de campaña en sus respectivos bastiones, demostrando la polarización que vive en el país.
Ambos candidatos protagonizaron multitudinarios cierres de campaña en sus respectivos bastiones, demostrando la polarización que vive en el país. En el denominado operativo «Gran desafío», más de tres millones de revolucionarios llenaron ayer siete avenidas de Caracas para acompañar al candidato socialista, Nicolás Maduro, de cara a las elecciones del domingo.
Desde las 5:00 de la mañana, ya comenzó a concentrarse en la capital la marea roja para expresar su respaldo al candidato de la Revolución Bolivariana. «¿Quieren pueblo en la calle? Bueno, van a tener pueblo en la calle y luego, prepararnos para la victoria del domingo», anunció Maduro. Estas marchas se han convertido en una verdadera fiesta donde los chavistas se emborrachan en las calles, mientras escuchan reggaetón y consignas chavistas. Muchos de ellos llenaron las principales arterias de la capital venezolana a lomos de sus motocicletas, con las habituales camisetas rojas.
Como en otras ocasiones, también desfilaron las milicias bolivarianas. Además de los habituales muñecos chavistas, hay que destacar un enorme pajarito de dos metros de altura que presidía la marcha en alusión a las declaraciones de Maduro en las que aseguraba que Hugo Chávez se le apareció en forma de ave. «Vamos con Maduro y su equipo porque así lo quiso nuestro comandante», asegura una señora de avanzada edad, con una cerveza «solera» en la mano. «Hugo Chávez se llevó a la vida eterna la respuesta» sobre por qué lo eligió como sucesor, reconoció Maduro ayer al canal estatal VTV. «No sé, realmente. Nunca se lo pregunté. No me dio chance (oportunidad) de preguntárselo. No se lo hubiera preguntado, tampoco. Lo dirá la vida, lo dirá la historia», dijo Maduro.
Del otro lado, 350 caravanas que partieron de todas las partes del país acompañaron a Henrique Capriles durante su cierre en Barquisimeto. Horas antes, al menos 14 personas resultaban heridas por una serie de altercados que se registraron en el estado andino de Mérida, en el oeste de Venezuela, después de un acto de campaña del candidato presidencial. La oposición atribuyó los hechos a personas afines al Gobierno.
Cuando acabó el acto electoral, un grupo de hombres encapuchados y montados en motocicletas atacó a los asistentes al mismo mientras regresaban a sus casas. «Hombres con la cara tapada con pañuelos rojos y motorizados agredían a la gente, que ha salido corriendo», dijo a LA RAZÓN el arzobispo de Mérida, Baltazar Porras, que presenció el ataque porque uno de sus objetivos fue el Palacio Arzobispal.
«A la violencia mandada por el grupito de los enchufados, ejemplo Mérida, ¡la derrotaremos con millones de votos el Domingo», dijo Capriles ayer. «Cada abuso, cada atropello, cada amenaza, más fuerza para ir a votar, ¡Que nadie se quede sin votar! ¡Con votos se van!», apuntó y reiteró su promesa de recuperar el poder adquisitivo de los trabajadores con un aumento salarial del 40%.
La oposición venezolana denunció a LA RAZÓN que la campaña electoral que desarrolló el oficialismo evidenció abuso de poder por parte del Gobierno y manifestó el uso de medios del Estado para difundir mensajes electorales, de encadenar medios privados para el mismo fin, además de reprimir las protestas.
«Estamos en presencia de una de las campañas más desiguales y desequilibradas que ha tenido toda América Latina en los últimos años», dijo a este diario el director nacional del comando de campaña de la oposición, Carlos Ocariz. Señaló que el canal del Estado, Venezolana de Televisión (VTV), ha transmitido durante 21 horas los mensajes que ha ofrecido el aspirante oficialista y presidente encargado de Venezuela, Nicolás Maduro, desde que los candidatos inscribieron sus candidaturas ante el Consejo Nacional Electoral (CNE) hace doce días. Asimismo, comentó que ese «desequilibrio» también se observa en las transmisiones en cadena de radio y televisión de los actos oficialistas que protagoniza Maduro y aseguró que el presidente encargado «ha tenido 242 minutos en cadena», en estos doce días. A todo esto hay que sumarle las movilizaciones realizadas por los sindicatos, las milicias bolivarianas, la militancia de las misiones –obras sociales–, y los trabajadores coaccionados de la petrolera PDVSA. Las ingentes sumas de dinero público volcadas en la campaña roja y el uso inmoral y abusivo de niños en los mítines chavistas.
La campaña de Maduro estuvo basada en el miedo, las conspiraciones, los insultos y el recuerdo de Hugo Chávez, mientras que Henrique Capriles recordó a los venezolanos la situación que atraviesa el país sumido en el desabastecimiento, la falta energética, la inflación y la inseguridad. Capriles se negó además a firmar un documento expuesto por el CNE porque asegura «estas elecciones son libres pero no justas».
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