Estados Unidos

El magnate acusa a la Prensa de instigar la oleada de protestas

Más de 10.000 personas se citan ante la Torre Trump de Nueva York.

Manifestantes en Portland (Oregón), donde las protestas han sido especialmente violentas
Manifestantes en Portland (Oregón), donde las protestas han sido especialmente violentaslarazon

Más de 10.000 personas se citan ante la Torre Trump de Nueva York.

Donald Trump comienza a tener que conjugar el perfil imprevisible al que ha acostumbrado a la población estadounidense durante la campaña con su nueva posición como presidente electo. Para responder a las manifestaciones contrarias a su victoria electoral, que se repitieron ayer, el magnate utilizó ayer, como es habitual, Twitter. En un primer mensaje en esta red social tras las elecciones, se quejó de las concentraciones que se han sucedido desde el 8 de noviembre en varias ciudades del país (en las que se corea «¡No es mi presidente!») y cargó contra los medios de comunicación. Sin embargo, en un segundo mensaje rectificaba, dando un giro de 180 grados y defendiendo que «me encanta el hecho de que pequeños grupos de manifestantes que salieron a la calle anoche tengan tanta pasión por nuestro país. ¡Nos reconciliaremos y trabajaremos juntos!».

Pero la cuestión es que no son grupos pequeños. Ciudades como Nueva York, Philadelphia, Boston, etc., llevan viendo protestas desde que el pasado martes. Hasta ahora, las más violentas se registraron durante la noche del jueves en la ciudad de Portland (Oregón), que acabó con 26 detenidos de 4.000 asistentes. Allí, los manifestantes lanzaron bolas de fuego y utilizaron piedras y bates de béisbol para destrozar los pequeños comercios y coches aparcados en la calle y respondieron a la Policía tirándoles botellas y contenedores de basura. En Los Ángeles (California), con más tradición de violencia durante las manifestaciones, reinó, sin embargo, la calma en la mayoría de concentraciones. Se detuvo a unas 200 personas por bloquear las calles, una forma de protesta que se ha repetido en Denver (Colorado) yo Minneapolis (Minnesota).

Uno de los grupos demográficos que se han opuesto más frontalmente a la victoria de Trump ha sido, como era de esperar, el de los jóvenes, mayoritariamente demócratas. Se han sucedido varios incidentes en muchos centros educativos, como, por ejemplo, en la ciudad californiana de San Francisco, donde los escolares se manifestaron al grito de «No es mi presidente» agitando banderas gay y mexicanas, ya que California es uno de los estados de mayor población mexicana en EE UU. Especialmente vocales han sido los universitarios. En el de la Universidad de California, Los Ángeles (UCLA), muchos estudiantes se unieron a una muchedumbre para destrozar a un muñeco del nuevo presidente electo. Alumnos de la Universidad Americana quemaron una bandera americana en representación del país, porque, tal y como recoge el «Washington Post», «vamos a salir escaldados de esto».

La situación no tiene visos de calmarse a corto plazo. Ya hay convocatorias planeadas para manifestaciones hasta el próximo 20 de enero, día en el que Trump tomará el cargo, y seguro que van a seguir reuniendo a un gran número de personas, al menos, este fin de semana. En la que va a ser una de las concentraciones más grandes de los últimos días, 10.000 personas ya han manifestado su intención de acudir a una marcha hoy que irá desde la Union Square hasta la Torre Trump, recorriendo el corazón de Manhattan.