Estados Unidos
El plan de Obama de deportar a miles de ilegales agita a la sociedad de EE UU
Clinton apela a la «compasión» con los centroamericanos y Trump asegura que «ya era hora»
Los planes del Gobierno de Estados Unidos para deportar a miles de familias centroamericanas está levantando ampollas en la sociedad norteamericana y entre los candidatos a las elecciones de 2016. Según este plan, supuestamente apoyado por el presidente Barack Obama, el Departamento de Seguridad Nacional de EE UU ha comenzado a preparar una serie de redadas –que podrían empezar en enero– cuyo objetivo sería la deportación de cientos de familias que ingresaron ilegalmente en el país desde comienzos del año pasado. Según el periódico «The Washington Post», más de 100.000 familias con niños y adultos han atravesado la frontera con México desde el año pasado. El Plan de Obama sólo tendría como objetivo a los adultos y niños cuya salida de Estados Unidos ya fue ordenada por un juez de inmigración, dijo la publicación.
La precandidata demócrata Hillary Clinton apeló a la «compasión» para enfrentar este problema, mientras que otro aspirante del mismo partido, Martin O’Malley, dijo que los planes para «detener y deportar a refugiados centroamericanos que huyen de la muerte están mal. Somos un país mejor que esto», dijo. El izquierdista Bernie Sanders también se mostró contrariado: «Nuestra nación siempre fue un faro de esperanza, un refugio para los oprimidos». En el polo opuesto se colocó Donald Trump, el polémico precandidato republicano, quien se alegró de la propuesta. «¡Ya era hora!», escribió en un tuit el magnate, conocido por sus declaraciones contra los inmigrantes. En respuesta a este programa, líderes del grupo religioso Sanctuary Movement –que agrupa a unas 50 congregaciones en una decena de ciudades estadounidenses– han ofrecido sus iglesias como refugio para inmigrantes que enfrenten la deportación bajo una ofensiva del Gobierno contra familias centroamericanas que ingresaron al país de manera ilegal.
Líderes del denominado Sanctuary Movement, que ha protegido a al menos diez inmigrantes de la deportación en los últimos 18 meses, criticaron la decisión del Gobierno, aludiendo a la historia bíblica de María y José buscando refugio antes del nacimiento de Jesús. «Como pastores sabemos que cada familia es una familia sagrada», dijo Alison Harrington, pastora de la Iglesia Presbiteriana del Sur en Tucson, Arizona. El pastor Noel Anderson, coordinador de la filial Church World Service, dijo que el total de congregaciones que apoyaban el ofrecer refugio era de unas 300 en más de 20 estados del país.
Inmigrantes de El Salvador, Guatemala y Nicaragua han llegado por miles a Estados Unidos cruzando desde México desde principios del 2014. Muchos de ellos son menores solos y familias que huyeron de la extrema pobreza, las pandillas y la violencia del narcotráfico. Harrington afirmó que temía que la campaña del Gobierno atrape a muchas personas que no tienen tiempo o representación legal para hacer peticiones de asilo y «son pasadas por el sistema demasiado rápido».
Varios informes aseguran que la violencia fue un factor clave que llevó a un repunte de las personas que huyeron desde América Central el año pasado. La presión para llevar a cabo las deportaciones ha aumentado debido a una decisión judicial reciente que ordenó al Departamento de Seguridad Nacional (DHS) a que comenzara la liberación de las familias alojadas en centros de detención, según el Post. En el año fiscal 2015, el DHS llevó a cabo 426.463 deportaciones o expulsiones de inmigrantes en situación irregular. Además, la Oficina de Inmigración «removió o retornó» a 235.413 individuos a su país de origen, y destacó que la mayoría de ellos tienen antecedentes criminales. Reuters
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