Irlanda
El presidente irlandés inicia una visita a Reino Unido llena de simbolismo
El presidente de Irlanda, Michael D. Higgins, ha comenzado una histórica visita de cuatro días al Reino Unido cargada de gestos simbólicos y en la que ha sido recibido con todos los honores por la reina Isabel II de Inglaterra.
El presidente de Irlanda, Michael D. Higgins, ha comenzado una histórica visita de cuatro días al Reino Unido cargada de gestos simbólicos y en la que ha sido recibido con todos los honores por la reina Isabel II de Inglaterra.
Con este primer viaje de Estado de un presidente irlandés a este país desde la proclamación de la independencia del Reino Unido en 1916, el político, de 73 años, ha querido subrayar la "cercanía"y la "sólida amistad"que une hoy a Londres y Dublín, otrora enemigos.
La visita de Higgins -un histórico del Partido Laborista, además de poeta, académico y activista por los derechos humanos- se produce tres años después de que Isabel II se desplazara a Irlanda, en mayo de 2011, marcando entonces el inicio de un nuevo capítulo en la complicada relación entre ambos países.
Ese viaje, según recordó hoy Higgins en el Parlamento de Westminster, "expresa de forma elocuente lo lejos que hemos llegado para comprender y respetar nuestras diferencias y demuestra que ahora podemos mirarnos con mutuo respeto y compromisos compartidos".
En la agenda del presidente no ha pasado desapercibida la invitación al viceministro principal norirlandés y excomandante del ya inactivo Ejército Republicano Irlandés (IRA), Martin McGuinness, a un banquete de Estado organizado por la reina para esta noche, un gesto simbólico de la profunda transformación experimentada en las relaciones entre Irlanda y el Reino Unido.
El "número dos"del Sinn Fein y la soberana ya protagonizaron uno de los gestos más importantes del proceso de paz en Irlanda del Norte, cuando se dieron un apretón de manos durante una visita de la Reina a Belfast en junio de 2012.
Acompañado de su esposa Sabina, con quien se aloja en el castillo de Windsor, Higgins comenzó hoy su apretado calendario con la ceremoniosa bienvenida de Isabel II, en la que no faltaron desfiles militares, música de orquesta y las consabidas salvas de cañón.
Hasta allí les acompañó el príncipe Carlos y la duquesa de Cornualles, con quienes previamente se habían reunido en la embajada irlandesa en Londres.
Tras un almuerzo ofrecido por Isabel II en Windsor, después del cual les mostró objetos irlandeses de la Colección Real, llegó la visita a la Abadía de Westminster, donde, como es habitual en viajes de Estado, Higgins rindió tributo a los caídos en conflictos bélicos mundiales.
En otro de los puntos más destacados y simbólicos del día, la comparecencia de Higgins ante los Lores y los Comunes, el presidente recordó la firma del acuerdo de Viernes Santo en 1998, "fundado en las bases de la igualdad, la justicia y la asociación democrática"y que "supuso un hito clave en el camino hacia la amistad de profunda y duradera que une hoy a Irlanda y el Reino Unido".
Ese acuerdo puso fin a más de 30 años de conflicto en Irlanda del Norte entre católicos nacionalistas y protestantes unionistas, partidarios estos últimos de la permanencia de la provincia en el Reino Unido.
"Nuestros dos países pueden estar inmensamente orgullosos del progreso de la causa de la paz en Irlanda del Norte", apuntó el presidente irlandés, para quien "todavía hay, por supuesto, un camino por recorrer, el camino de la reconciliación duradera y creativa".
La lucha por la independencia irlandesa, en la que su padre participó, arrojó una "larga sombra"en las relaciones anglo-irlandesas, según reconoció Higgins, quien subrayó, sin embargo, que los lazos son ahora "más fuertes"que nunca.
Tras su esperado discurso, Higgins asistió a una recepción con parlamentarios de distintos partidos, antes de cerrar su agenda con una cena de Estado en el castillo de Windsor.
Higgins se reunirá mañana con el primer ministro británico, David Cameron, en su residencia y despacho oficial de Downing Street, y rendirá tributo al trabajo de los profesionales sanitarios irlandeses.
Su agenda incluye además un encuentro con líderes empresariales, así como con el alcalde de Londres, el conservador Boris Johnson.
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