Internacional

Conte se compromete con Europa

El futuro «premier» italiano anuncia que afrontará en Bruselas la discusión sobre los presupuestos y la política de asilo. A la espera de que anuncie el Gabinete populista, crece el malestar por el perfil antieuro del ministrable de Economía.

Giuseppe Conte estrecha la mano al presidente de la República, Sergio Mattarella/Foto: Efe
Giuseppe Conte estrecha la mano al presidente de la República, Sergio Mattarella/Foto: Efelarazon

El futuro «premier» italiano anuncia que afrontará en Bruselas la discusión sobre los presupuestos y la política de asilo. A la espera de que anuncie el Gabinete populista, crece el malestar por el perfil antieuro del ministrable de Economía.

Ismael Monzón - Giuseppe Conte tuvo que pasar una noche difícil. Se acostó el martes con toda la Prensa rebuscando hasta en la última línea de su currículum y se despertó ayer como primer ministro «in pectore» de Italia. Las dudas por haber inflado su historial académico pusieron en riesgo su cargo antes incluso de asumirlo. Pero finalmente el presidente de la República, Sergio Mattarella, le citó en la tarde de ayer para conferirle el encargo de formar Gobierno.

Conte aceptó «con reservas» a la espera de que su equipo de Gobierno sea aceptado. El candidato a ministro de Economía, Paolo Savona, es un conocido detractor del euro, por lo que podría suponer un nuevo elemento de roce con las instituciones. El futuro primer ministro aseguró, sin embargo, que afrontará la «necesidad de confirmar la posición europea e internacional» de su país, para llamar a la calma. Añadió que Italia debe afrontar ahora en Bruselas la discusión sobre los presupuestos, la política de asilo y la unión bancaria.

La reunión con Mattarella fue mucho más larga de lo normal, de modo que se puede interpretar que había muchas diferencias que resolver. Conte, jurista sin experiencia política, se convertirá en el quinto primer ministro consecutivo que no ha sido votado por los italianos, pese al escándalo de su currículum.

Las estancias fantasma no quedaron sólo en la Universidad de Nueva York. Tampoco en Cambridge, Pittsburgh, la Universidad de Malta o La Soborna había registros del alumno Conte. Él se defendió ante el aparato del Movimiento 5 Estrellas (M5E) asegurando que en algunos casos se trató de cursos de un día y en otros de la visita a sus bibliotecas para «perfeccionar» sus estudios, como dice literalmente en su currículum. La Prensa le encontró incluso deudas con Hacienda por valor de 50.000 euros, que fueron posteriormente saldadas. Y a pesar de todo esto, la Liga y el M5E dieron por bueno su perfil o comprobaron que no había más alternativas.

En las horas en las que la candidatura de Conte peligró, reapareció la hipótesis de Luigi Di Maio, líder del M5E, como primer ministro. Pero la Liga ya advirtió de que no ocuparía un rol de subalterno, por lo que su líder, Matteo Salvini, volvió a la carga. «O aceptan nuestra propuesta o volvemos al voto», avisó amenazante, en uno de sus ya célebres vídeos en Facebook. En el M5E se dieron por enterados, cerraron filas y copiaron el mensaje de que no había otra propuesta.

Uno de los miembros más mediáticos del partido, Alessandro Di Battista, utilizó también las redes sociales para cuestionar una posible injerencia institucional. «Hay una mayoría que puede o no gustar al presidente Mattarella o a sus consejeros, pero representa a la mayor parte de los italianos», escribió. Salvini reiteró su petición de que no existan «vetos» externos.

De ahí que los mensajes procedentes de las instituciones comunitarias se midan al milímetro. El comisario europeo para Asuntos Económicos, Pierre Moscovici, aseguró ayer que «es necesario respetar la legitimidad y los tiempos democráticos de otros países», al tiempo que el francés abogó por una «cooperación basada en el diálogo, la comprensión y la reciprocidad».

La Comisión rechazó tomar medidas contra Italia por exceso del déficit –del 1,9% a finales de 2017, según datos del instituto de estadística italiano–, aunque el vicepresidente del Ejecutivo comunitario,Valdis Dombrovskis, reclamó que Italia siga «reduciendo su deuda». Una frase recurrente, pronunciada además con exceso de profilaxis.

Uno de los primeros retos que debe afrontar el nuevo Ejecutivo es la aprobación de los Presupuestos, para lo que bastarán los votos de Liga y M5Es. Aunque las partidas de este ejercicio vienen ya telegrafiadas por el anterior Gobierno en funciones, por lo que no se incluirán todavía algunas de las medidas que, según distintos institutos financieros, podrían llegar a costar hasta 125.000 millones de euros.

El presidente de la patronal, Vincenzo Boccia, sí que abandonó la cautela de las últimas semanas para preguntarse de dónde vendrán «los recursos para realizar tantos objetivos electorales». En la ración diaria de pánico financiero, la Bolsa de Milán bajó un 1,3% y la prima de riesgo rozó ya casi los 200 puntos. Que el jefe de Estado haya mantenido estas reuniones al cierre de los mercados no es casualidad.

Pero antes de afrontar todo eso, el primer ministro debe presentar su equipo, entre los que podría estar como titular de Economía Paolo Savona. Su nombramiento no convencería a Mattarella, que también tenía dudas con Conte, aunque en este caso –de forma más discreta– podría tener mayor margen de maniobra para imponer un cambio. Después el Gabinete jurará el cargo y se prevé que al principio de la próxima semana acuda al Parlamento para la investidura. Hoy tiene previsto iniciar a las ocho de la mañana una ronda de consultas con todas las fuerzas parlamentarias. Durante toda la mañana recibirá a los portavoces de los partidos hasta que a las tres de la tarde le toque el turno al M5E, su patrocinador para ocupar el Palacio Chigi.