Estados Unidos
El pulso eterno en el Congreso
l El acuerdo del Senado caduca el próximo febrero. ¿Están sólo «comprando» tiempo?
–Correcto. Cada vez que se alcanza el techo de la deuda, la solución adoptada es de carácter temporal. En este caso, la crisis presupuestaria volverá a aparecer en febrero y se convertirá en un asunto político de mayor relevancia, ya que estaremos en un año electoral, con las legislativas del «mid-term» en noviembre.
l ¿Por qué la Casa Blanca y el Congreso son incapaces de alcanzar una solución a largo plazo?
–En esta era de división de poder en la que los demócratas controlan el brazo ejecutivo y los republicanos el legislativo es difícil que se acuerde una política común. Los republicanos están utilizando el techo de deuda y el cierre parcial de la Administración federal como una baza para negociar un recorte del gasto público y boicotear la reforma sanitaria del presidente Barack Obama. El presidente norteamericano ha dejado claro que no va a negociar «con una pistola en su cabeza». Los dos partidos están jugando a echarse las culpas mutuamente.
l ¿La parálisis política derivada de la batalla ideológica entre demócratas y republicanos puede acabar dañando la imagen de Estados Unidos en el mundo?
–La división del poder en Estados Unidos no es algo nuevo. Desde la elección de Ronald Reagan en 1980, sólo hemos tenido ocho años de gobierno unificado (el mismo partido en la Casa Blanca y en el Congreso). Nuestra Constitución insta a una separación de poderes entre las dos ramas –ejecutiva y legislativa– y los padres fundadores de la nación hicieron todo lo posible para que así fuera. Así la ambición se topa con una contraambición.
l Si los votantes norteamericanos son los que eligen esta división de poder, ¿cómo se puede desactivar los bloqueos periódicos?
–Las anteriores administraciones han tenido más margen para cumplir su agenda e impedir las crisis presupuestarias dando un golpe sobre la mesa ante el Congreso. Obama ha elegido un camino más centrista en la negociación, permitiendo el pulso de los republicanos en la Cámara de Representantes más allá de lo que sería deseable.
l ¿Qué precio pueden pagar Obama y los republicanos por la crisis?
–Obama debería haber mostrado más liderazgo. Si se hubiera puesto al frente de la crisis, habría podido parecer más fuerte ante la opinión pública. Con todo, los sondeos responsabilizan a los republicanos de la crisis. Si no cambian su estrategia, en noviembre pueden sufrir un duro castigo en las elecciones de «mid-term» y perder los 17 escaños que les dan la mayoría.
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