Elecciones en Reino Unido
El relanzamiento de Corbyn
Sólo tres puntos separan a conservadores y laboristas en los sondeos. Los «tories» recurren a la inmigración para agitar el miedo y frenar la dinámica ascendente del izquierdista radical
Sólo tres puntos separan a conservadores y laboristas en los sondeos. Los «tories» recurren a la inmigración para agitar el miedo y frenar la dinámica ascendente del izquierdista radical.
El que fuera primer ministro británico Harold Wilson solía decir que una semana en política es mucho tiempo. Pero, paralelamente, su jefe de Prensa, Joe Haines, señalaba que, si después de una semana un problema seguía protagonizando las portadas, entonces la cuestión era seria. Ambos planteamientos pueden aplicarse ahora a Theresa May. En la recta final de campaña, la «premier» podría relanzar su liderazgo y conseguir la mayoría absoluta que tenía en mente cuando convocó por sorpresa los comicios. Y sin embargo, no puede pasarse desapercibido que ya no sólo es una semana, sino dos, las que el laborista Jeremy Corbyn va acortando las distancias.
La ventaja de May ha caído drásticamente de los 24 puntos que gozaba en abril a sólo 3. Según una encuesta de YouGov, los «tories» tienen ahora una expectativa de voto del 42%, frente al 39% de los laboristas. Si bien la líder conservadora sigue siendo la candidata favorita, el 43% de los votos que reflejaba el sondeo es el porcentaje más bajo pronosticado hasta la fecha. Sin embargo, Corbyn obtendría un 30%, un porcentaje que no había alcanzado en anteriores encuestas.
En cualquier caso, se habla cada vez más del «voto ‘tory’ silencioso», por lo que muchos analistas se muestran convencidos de que finalmente May podrá formar Gobierno sin problemas. Si gana las elecciones, se da por hecho una restructuración de Gabinete y cada vez hay más rumores que apuntan a que Philip Hammond, hasta ahora el más europeísta, podría tener los días contados como ministro de Economía. Su lugar podría ser ocupado por Amber Rudd. La titular de Interior se está convirtiendo en una de las grandes revelaciones y no son pocos los que la ven ya como posible sucesora de May. Fue Rudd quien representó a la «premier» en el debate en la BBC.
Ajena a la polémica que levantó su ausencia, la «premier» ofreció ayer un discurso en Teesside, donde una vez más volvió a centrarse en el Brexit. «Este gran momento nacional precisa de un gran esfuerzo nacional en el que debemos unirnos con un propósito y, sin importar lo que hayamos votado en el referéndum de junio, debemos tener la determinación de hacer que los próximos años sean un éxito», recalcó. Tras el fracaso al intentar explicar semanas atrás otros puntos de su programa, la «premier» se ha visto obligada a convertir de nuevo las negociaciones con Bruselas en la cuestión protagonista. «Tengo la seguridad de que podremos cumplir la promesa del Brexit juntos, y construir un Reino Unido más fuerte, más justo y más próspero de lo que es hoy», esgrimió.
La inmigración vuelve a acaparar la campaña como ocurriera el 23-J. Por eso, acusar al Partido Laborista de no querer reducir el número de extranjeros se ha convertido en una máxima tanto para el equipo «tory» como para la prensa conservadora. Según un documento filtrado a «The Daily Telegraph» y al «Daily Mail», los laboristas quieren imponer un nuevo modelo de visado para trabajadores no cualificados. El informe, redactado supuestamente por Lachlan Stuart, asesor de política interna de Corbyn, propone seguir utilizando el actual sistema de cinco niveles de visados, pero incluyendo otro a quienes vienen en busca de trabajo poco cualificado, no cualificado o estacional. «Este plan es otra señal que demuestra que Jeremy Corbyn y Diane Abbott nunca reducirán la inmigración porque simplemente no creen en hacerlo», señaló el secretario de inmigración «tory», Robert Goodwill.
Por su parte, un portavoz laborista recalcó que el documento tan sólo explicaba «una de las muchas ideas que se están barajando», pero no era «la declaración de la política laborista, que se establece en el manifiesto». Corbyn ha repetido en los últimos días que no pondría un objetivo en los niveles de migración neta –a diferencia de los «tories», que la quiere reducir por debajo de los 100.000–, pero en todo caso ha dicho que el números de inmigrantes que llegan a Reino Unido «probablemente» bajará.
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