El Gobierno de Donald Trump

Trump ya puede empezar el muro

Nueva victoria para la Casa Blanca, que logra fondos para cerrar el paso a los migrantes. Además, firma un acuerdo con Guatemala para que este país acepte acoger más refugiados y evitar que se instalen en EE UU.

El presidente estadounidense, Donald Trump
El presidente estadounidense, Donald Trumplarazon

Nueva victoria para la Casa Blanca, que logra fondos para cerrar el paso a los migrantes. Además, firma un acuerdo con Guatemala para que este país acepte acoger más refugiados y evitar que se instalen en EE UU.

El presidente Donald Trump iniciaba el fin de semana anunciando con satisfacción que el Tribunal Supremo le daba luz verde a destinar 2.500 millones de dólares del Pentágono para cumplir una de sus mayores promesas electorales: la construcción de un muro fronterizo con México.

Trump puso en manos de la más alta autoridad judicial en EE UU esta polémica decisión, con la que pretende frenar la entrada masiva de migrantes en la que considera la mayor crisis migratoria que está viviendo EE UU. Para ello, tras fracasar en el intento de conseguir el apoyo necesario de la mayoría republicana del Senado en la votación del pasado 15 de febrero, Trump recurrió a declarar emergencia nacional en la frontera. Medida excepcional que le permite usar fondos destinados a otros fines, sin tener que pasar por la aprobación del Congreso. De hecho, una cuarta parte de los legisladores tumbó la propuesta alineándose con los demócratas en la votación.

El Congreso de EE UU se mostró en contra de impulsar esta medida y autorizar la inversión del proyecto del muro, que en realidad se estima en 21.000 millones de dólares y que el propio mandatario aseguró en campaña que sería México quien se haría cargo del coste. A pesar de contar con mayoría republicana en el Senado, una cuarta parte de los suyos se alinearon con los demócratas en la resolución del pasado 15 de febrero. Un rechazo que forzó al presidente a hacer uso del veto presidencial para pasar por alto la resolución de la Cámara Alta y dirigir la decisión al Tribunal Supremo. Éste se inclinó a favor del republicano este viernes, con el apoyo de cinco jueces conservadores, dos de ellos elegidos por el propio Trump.

«¡Gran premio para la seguridad fronteriza y el estado de derecho!», escribió Trump en Twitter. «Victoria» anunciada por el presidente justo después dar a conocer el acuerdo con Guatemala que le va a permitir a EE UU desprenderse de aquellos migrantes que soliciten asilo en su entrada al país por la frontera. Sucedía a última hora del viernes en el Despacho Oval, con una inusual presencia mediática en la firma con el ministro de Gobernación guatemalteco, Enrique Degenhart.

A partir de ahora, los solicitantes de asilo serán enviados de vuelta al país centroamericano, siempre y cuando lo hayan atravesado antes de llegar a territorio estadounidense. «Hemos estado tratando con esto durante mucho años con Guatemala y otros países. Ahora estamos en un punto en el que nos llevamos bien y que hacen lo que les pedimos que hagan. Creo que va a ser una cosa genial para Guatemala, ellos tampoco quieren esos problemas», manifestó Trump desde la Casa Blanca.

Con una vigencia de, por ahora, dos años este acuerdo entre ambos países, contempla tan sólo dos excepciones. No se aplicará a menores que crucen la frontera solos, sin la compañía de un adulto, y tampoco a aquellas personas que ya cuenten con un visado estadounidense o procedan de países que no necesitan dicho documento.

Por su parte, el presidente de Guatemala, Jimmy Morales, reconoció que la firma de este acuerdo evita que las amenazas arancelarias a los productos de exportación guatemaltecos, así como a las restricciones migratorias de Trump, se hagan realidad. «Por medio de las negociaciones también se evitan sanciones drásticas para Guatemala, muchas de ellas orientadas a golpear fuertemente la economía, como gravámenes a las remesas», enfatizó Morales en redes sociales.

Pero a Guatemala no le va a resultar nada fácil cumplir con las condiciones de este acuerdo con EE UU. Y es que una de las grandes incógnitas ahora es saber cómo puede uno de los países más violentos del mundo convertirse en «tercer país seguro» de acogida para inmigrantes que vienen huyendo precisamente de esa inseguridad. Muchos migrantes que llegan a la frontera con EEUU son guatemaltecos que huyen de la violencia de su país.

No sólo la cifra de arrestos en la frontera sur de EE UU alcanzó recientemente su máximo nivel desde 2007, con casi 100.000 inmigrantes detenidos en la frontera, sino que precisamente los migrantes guatemaltecos, juntos a los hondureños, se encuentran a la cabeza de esas detenciones. Una situación insostenible y sin precedentes, a pesar de las restrictivas medidas anti inmigración aplicadas por el presidente estadounidense para poner fin a la que él mismo considera crisis de migrantes en la frontera.

Crisis que Trump ya trató de frenar con su país vecino hace unas semanas, pero que México finalmente no accedió a firmar, evitando convertirse en «tercer país seguro». Concepto que, de haberlo aceptado, le obligaría a ofrecer asilo a todos aquellos migrantes que trataran de acceder a EEUU a través de su territorio. Aunque el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, sí aceptó negociar otras medidas para frenar el problema y acercar posturas con su homólogo estadounidense.

Tras México y Guatemala, se espera que El Salvador y Honduras sean los siguientes países con los que Trump pretenda alcanzar algún tipo de acuerdo a su favor.