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Gases contra los refugiados en la isla griega de Kos

La Policía utiliza palos y extintores para disolver la protesta de los inmigrantes sirios hacinados en un campo de fútbol de la isla griega

La policía y un grupo de indocumentados se enfrentaron hoy en la isla griega de Kos, donde miles de inmigrantes y refugiados esperaban para registrarse.
La policía y un grupo de indocumentados se enfrentaron hoy en la isla griega de Kos, donde miles de inmigrantes y refugiados esperaban para registrarse.larazon

La Policía utiliza palos y extintores para disolver la protesta de los inmigrantes sirios hacinados en un campo de fútbol de la isla griega

Los dos caminos principales de los migrantes para llegar al Norte de Europa son el Mediterráneo Central (Libia-Italia) y el Mediterráneo Oriental (Turquía-Grecia). En la ruta del Canal de Sicilia, los refugiados son rescatados a diario por las Fuerzas Armadas transalpinas y algunas ONG frente a Libia para preservar, en lo posible, la vida humana. A 290 kilómetros de las costas italianas.

En el este, la situación es distinta. Aunque las cifras de llegadas sean similares (97.000 para Italia frente a los 90.500 de Grecia, según la Organización Internacional para las Migraciones), hay muchísimos menos muertos en la ruta del este (60 frente a 1.930). El Mediterráneo oriental es donde se concentran los flujos migratorios de Siria y Afganistán. Los refugiados, una vez alcanzadas las costas occidentales de la Península de Anatolia, tratan de cruzar hacia algunas de las muchas islas del mar Egeo. Territorio de la Unión Europea. En la isla griega de Kos, en el archipiélago del Dodecaneso –separada de Turquía por tan sólo cinco kilómetros de mar– es donde, según el semanal heleno «To Vimal», la cifra de migrantes en ese territorio ronda hoy las 7.000 personas, en su mayoría sirias. Tan cerca de Asia y tan lejos de la deseada Europa, es donde los refugiados permanecen bloqueados con la mirada puesta hacia el próspero septentrión del Viejo Continente.

Ayer, en Kos, tuvieron lugar episodios violentos entre policías y migrantes. Los refugiados, tras haber dormido por las calles de la isla sin ningún tipo de asistencia durante semanas, finalmente fueron trasladados al estadio de fútbol del equipo local para iniciar los procedimientos de identificación. Tras la difusión en internet de una imagen donde un agente abofeteaba a un migrante, la tensión entre las fuerzas del orden griegas y los refugiados ha aumentado, hasta el punto de emplearse extintores y porras.

El alcalde de Kos, Giorgos Kyritsis, ha explicitado la necesidad que tiene su ayuntamiento de recibir ayuda por parte del Gobierno de Atenas para afrontar un contexto que, según él, está empeorando. «Si no se toman medidas, la situación se escapará de las manos y podría correr sangre», apunta Kyritsis. El primer responsable del consistorio ha pedido al Ejecutivo nacional griego de trasladar a las 7.000 personas y llevar fuerzas especiales a la isla para «evitar situaciones extremas». Con una media diaria de 600-800 llegadas, las autoridades locales no saben cómo gestionarlas y admiten la imposibilidad de llevar a cabo, simultáneamente, las labores de identificación de los migrantes y la protección de las fronteras marítimas del Estado griego. No es la primera vez que una isla del Mediterráneo experimenta un contexto de tensión en el marco de las migraciones. En 2011, la isla siciliana de Lampedusa (Italia) vivió una situación análoga a la de ayer en la griega Kos. Con el fin del régimen autoritario de Ben Ali en 2011, 1.500 tunecinos emigraron y adoptaron actitudes violentas en una isla de poco más de 6.000 habitantes. Al poco tiempo, nada impidió que volviera la normalidad y que tanto los lampedusanos como los refugiados vivieran en una entrañable sintonía. Hoy Kos, cuna de Hipócrates, padre de la medicina, es un termómetro más para medir la salud democrática y humanitaria de Europa.